Pacientes del centro que realizó la cirugía a Silvia Idalia: "Nos han destrozado la vida, esto es una pesadilla"

Madrid

La vida de Silvia Idalia, la mujer de 34 años que decidió someterse a una operación estética en una clínica privada madrileña, se truncó el pasado 29 de abril. Una semana después de pasar por el quirófano acabó en la UCI del Hospital La Paz (Madrid) en donde se encuentra en coma inducido tras sufrir un fallo multiorgánico a consecuencia de la intervención estética. El juicio por este caso ha empezado esta semana y el titular del Juzgado de Instrucción número 46 de Madrid ya ha tomado declaración como imputados a dos facultativos de la clínica estética CEME por un presunto delito de lesiones por imprudencia.

Este caso ha provocado que muchas personas que han pasado por esa clínica y que han vivido experiencias similares a la de Silvia, aunque no tan dramáticas, hayan salido a la luz. Quieren visibilizar y denunciar que este centro con sede en el barrio de Salamanca, en Madrid, oferta en su página web "súper precios" pero el servicio y los resultados son más que cuestionables. Nuestra compañera Beatriz Nogal ha hablado con cuatro afectados que ya se han puesto en marcha para emprender acciones legales. Y no son los únicos, se calcula que la cifra podría llegar al medio centenar.

Cada vez son más las personas que acuden a centros estéticos para mejorar su imagen o borrar los signos de la edad. En nuestro país se realizan casi medio millón de intervenciones estéticas al año, España es el quinto país del mundo que más operaciones de este tipo realiza por detrás de Estados Unidos, Brasil, México y Alemania. Estas cirugías entrañan algunos riesgos y en los casos en los que no se obtiene el resultado esperado pueden quedar secuelas físicas y psicológicas difíciles de borrar. Reclamar no siempre es fácil, el paciente tiene que demostrar la culpa del profesional y la relación causal con la mala praxis. Además, el médico puede eludir responsabilidades si informa previamente de los riesgos a su paciente, es decir, la cirugía plástica no conlleva necesariamente la garantía del resultado.

El caso de Silvia o el fallecimiento de Sara Gómez, el pasado enero, han puesto nuevamente el debate sobre la mesa. La cirugía plástica no es una ciencia exacta, conlleva riesgos y el paciente tiene derecho a reclamar cuando no se actúa bien. De todo ello conversamos con José María Franco Góngora, doctor en Cirugía Plástica y miembro de la Sociedad Española de Cirugía Plástica, Reparadora y Estética (SECPRE) y con Francesc Jufresa, abogado de Silvia.

(*) Si has sido víctima de una negligencia médica puedes dirigirte a la asociación El defensor del paciente