La contraseña más segura es no tener contraseña

Cada día accedemos a decenas de plataformas que nos piden la identificación, pero según un estudio de Panda Security, solo uno de cada tres españoles hace un uso correcto de su contraseña. Mantener la misma clave desde hace 40 años, como revela un usuario a Código de Barras, es, sin lugar a dudas, la peor práctica posible. Pero incluso los que la cambian asiduamente y no repiten están expuestos, porque los expertos recuerdan que el mejor sistema de seguridad es, en realidad, no tener contraseña.

Google, Apple y Microsoft se han aliado para desarrollar un sistema que elimine las contraseñas. La clave está en el sistema FIDO, que nos permite iniciar sesión utilizando el móvil como llave maestra. A través de los sistemas biométricos (huella dactilar, reconocimiento facial...) podemos identificarnos y acceder fácilmente a nuestras cuentas.

Hasta que el sistema esté implantado en todas las páginas que visitamos en Internet, lo más seguro para mantener nuestras cuentas seguras pasa por reforzar lo máximo posible la contraseña: incluir diferentes caracteres y activar la verificación en dos pasos. La mayoría de dispositivos móviles ya hacen uso de la biometría, que garantiza que la persona que accede al dispositivo es su dueña. Silvana Churruca, CEO de Payment Innovation Hub, asegura que estos sistemas son "muy seguros". Churruca destaca de ellos la facilidad para usarlos y entre los que tenemos disponibles habitualmente en nuestros teléfonos-reconocimiento facial, huella dactilar o reconocimiento por voz- recomienda usar la cara o el dedo.

En el caso de las contraseñas al uso, Andrés Naranjo, experto en ciberseguridad, pone el acento en otro asunto: "Por muy segura que parezca nuestra clave, si usamos la misma para toda nuestra vida digital se lo estaremos poniendo muy fácil a los ciberdelincuentes. Porque pese a que sea segura, puede aparecer en una filtración de datos". Si sumamos la cantidad de veces que accedemos a una web con contraseña, llegaremos pronto a la conclusión de que memorizar una clave distinta para cada una es prácticamente imposible. Por esa razón, Naranjo recomienda hacer uso de un gestor de contraseñas, una aplicación que trabaja como una caja fuerte de claves.