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Cannes 2022 | Javier Bardem: "Todo lo que sé se lo debo a España, es un orgullo más que una reponsabilidad"

El actor español Javier Bardem demostró este viernes sentirse como en casa en el Festival de Cannes. Llegó entre ovaciones y se despidió entre el mismo entusiasmo después de casi dos horas de charla en las que el público le agradeció sus confesiones y sinceridad

El actor Javier Barden en Cannes / CLEMENS BILAN EFE

Cannes

Javier Bardem ha vivido uno de los años más intensos de su carrera. Nominado al Oscar por Being the Ricardos, ganador del Goya por El buen patrón, y ahora maestro en Cannes. Así se ha autodenominado, de broma, en una master class que ha ofrecido en medio del festival. Una hora de cola para entrar a escuchar a un actor que tiene Oscar, premio a mejor actor en Cannes y Copa Volpi en Venecia y que ha trabajado con los mejores directores.

Igual que Tom Cruise, para Bardem todo está en proceso de cambio en la industria del cine. Empezó con veinte años y con Bigas Luna, un director importantísimo en su carrera y en la de Penélope Cruz. Ambos tuvieron uno de sus primeras papeles en Jamón, Jamón. "Hace veinte años el mundo era otro. hoy las películas duran un mes o dos en la pantalla. Vivimos en un tiempo diferente, más rápido, que requiere más atención, porque hay demasiadas cosas. Cuando empecé era diferente. Hacías un papel, te centrabas en él, creabas un clima y eso significaba algo. Ahora todo va muy deprisa. Me da pena por los jóvenes que empiezan ahora".

Los primeros papeles de Bardem fueron muy físicos. "El primer papel que hice, Las edades de Lulú, lo conseguí porque acompañé a mi hermana a un casting, y me quité la camiseta y me dieron el papel. Me sentí como un trozo de carne y me dije ¿esto es actuar? Ok, supongo que puedo ser actor. Luego empecé a darme cuenta de que no podía abusar de ese tipo de papeles".

Lo que más le gusta de ser actor es captar la psicología del personaje. "Me gusta dibujar y suelo dibujar caras, cuerpos, no me gustan los paisajes. Me gustan las caras, las expresiones, soy adicto a observar a la gente en la calle. Lo único bueno de esta puta pandemia es que con la mascarilla podía ver en la calle a todo el mundo sin que me reconocieran".

El actor ha recordado sus papeles más memorables, como el de Reinaldo Arenas en Antes que anochezca. "Julian Schnnabel es un artista y así rueda las películas, como si fueran un lienzo", contaba Bardem. Este y el de Mar adentro, la película de Amenábar, han sido dos de los papeles más importantes para el actor. El de Arenas le dio su primera nominación al Oscar y por ambos obtuvo la Copa Volpi en el Festival de Venecia. Pero más allá de los premios, de esos trabajos se queda con los personajes. "Amenábar es un genio y fue maravilloso poder entrar en el espíritu de Ramón Sampedro, una persona tan especial. Ese espíritu, de alguna manera está conmigo todavía, a veces me siento más en paz cuando pienso en ese papel. Es una sensación que también me pasa con Reinaldo Arenas, son dos espíritus que me inspiran".

De Mar adentro dice que ahora piensa en ese rodaje y no sabe si físicamente podría hacerlo, pero que guarda un recuerdo bonito del trabajo con el equipo y con Amenábar. Mar adentro fue una de esas películas que influyó en la vida de la gente. "El año pasado se aprobó la eutanasia en España, y creo que en parte, Mar adentro puso su granito de arena en su momento, porque aunque haya pasado tiempo, la película generó debate".

Dice Bardem que es difícil, salvo en casos como excepcionales como éste, que una película cambie las cosas, pero el cine sí puede llegar a hacer que nos entendamos mejor. "Puedes entender las cosas teóricamente, pero al sentirlas y experimentarlas en el cine es como las comprendes, como las sientes de verdad y eso sí puede ayudar a empatizar con historias y situaciones". El actor de Carne trémula o Los lunes al sol reconoce que hace películas comerciales donde se ha divertido mucho, pero también que se plantea sí las películas que rueda dicen algo al mundo.

Nacido en el seno de una saga de actores y actrices, Bardem siempre ha tenido el compromiso político como emblema. Su madre se lo enseñó y también su tío, el director Juan Antonio Bardem, del que justo se celebra el centenario de su nacimiento, y que estuvo en la cárcel durante la dictadura. "A Franco solo le gustaba la opresión", respondía al ser preguntado si el cine de Bardem gustaría al dictador.

"Nací en una familia muy activa políticamente. Así que creo que venía conmigo. Es como tener los ojos marrones. Es bueno tener conflictos en la vida y superarlos y crecer. Cuando tienes una opinión sobre algo, seguro que alguien piensa lo contrario y es bueno enfrentare a eso. Hoy estamos muy sensibles a todo y tener una opinión sobre todo se convierte en un riesgo", reflexionaba ante los asistentes en la sala Buñuel del Palais des Festival.

Por supuesto, Bardem ha recordado su papel en Biutiful, la película de Iñárritu con la que estuvo nominado al Oscar, un papel en español, y con la que ganó el premio a mejor actor aquí en Cannes. "Ganar aquí ha sido uno de los mejores momentos de mi carrera, de verdad", decía ante el auditorio al que se ha ganado y que le ha aplaudido sin cesar, mientras le gritaban "master". Por supuesto, ha hablado de No es país para viejos, película con la que estuvo en Cannes, aunque no ganó. "No gané pero c'est la vie". Sin embargo, con la película de los Coen ganó su Oscar: "No era un personaje violento, era la violencia. Fue muy divertido, incluso llevar ese pelo, que era el mío, o sea que cuando me duchaba seguía teniéndolo.

En Cannes ha tenido momentos de todo tipo. Uno de los momentos más divertidos de la charla ha sido cuando ha contado la mala recepción que tuvo Diré tu nombre, la película de Sean Penn. "Fue un desastre, pero un gran desastre. Es bueno venir al festival de Cannes y ser recordado por algo horroroso también". La película, de hecho, cambió las normas de Cannes con respecto a los embargos. "Es que aquella premier fue un funeral".

Las preguntas del público le hacían pasar de lo profesional a lo personal, ha contado cómo educa a sus hijos, sin reprimir sus emociones: "Cuando veo a un hombre que se emociona y se permite ser sensible lo veo como un hombre fuerte, en lugar de lo contrario, y quiero asegurarme de que lo entienden". También hablado de Penélope Cruz. Con ella ha trabajado en varias ocasiones. Desde que empezaron su relación hasta ahora. Se ha acordado de Vicky, Cristina, Barcelona, la película de Woody Allen. "Cada vez que Penélope y yo estábamos trabajando nos mirábamos como cuando estás en clase y no hablas con la persona que te gusta. El ultimo día de rodaje pensé 'mierda, no le he dicho nada'. Y luego fue un 'hola', 'hola', y ahora estamos casados y tenemos dos hijos". Woody Allen, el director, les dio como regalo de boda la grabación de uno de sus besos. "Teníamos una escena en la que nos dábamos un beso. Estábamos encima de la cama, nos estábamos besando, seguíamos besándonos y yo pensé esto está bien, está siendo largo, pero está bien. Me giré y ya no había cámaras, se habían ido. Fue el regalo de boda de Woody".

Sin embargo, con Loving Pablo la cosa fue más tensa. "Era más duro, yo hacía de un hijo de puta y ella de su víctima. Ella acabó odiándome. Fuimos a sitios muy oscuros como actores y eso a veces era difícil, al acabar de rodar. De hecho, a mí se me olvidaban los diálogos y le preguntaba, ¿pero estás bien?", recordaba el actor sobre la película de León de Aranoa. "Es un placer pero es que es una actriz maravillosa. Soy un hombre muy afortunado, es una gran mujer, inteligente, sensible y una gran actriz. Siempre le daré las gracias a Bigas Lunas".

Este año han estado los dos nominados al Oscar, un momento sumamente especial e histórico, como recordaba Bardem. "Ella no quería ver el anuncio de las nominaciones. Al final me dijo que sí y pusimos el móvil para grabarlo. Mi nombre apareció el primero, yo no lo celebré y ella sí. Era o los dos o nada. Y estuvo nominada y nos volvimos locos. Fue un gran honor. Es muy loco que estuviéramos los dos que empezamos a la vez". Bardem estuvo nominado por la película de Sorkin, Being the Ricardos, que se estrenó en Amazon. Para el actor el cine en pantalla grande sigue siendo importante, pero hablaba así de las plataformas. "Están dando muchos puestos de trabajo y oportunidades y haciendo películas arriesgadas que no encuentran financiación por otro lado, pero claro a mí me gusta verlas en pantalla grande".

En unos días se irá a Estados Unidos a rodar la segunda parte de Dune, otro de los éxitos de este año. Dice que para el futuro no pide más que algo sencillo estar bien con los suyos y que no le importa lo grande o listo que sea un director, solo busca que sea buena persona. "Busco respeto, empatía, pero no solo para mí, eso es fácil, eres la estrella y te tratan bien, pero que tenga ese respeto con todo el equipo. No me importa si tienen grandes ideas, lo que me importa es que sean buena gente. Eso es lo que cuenta".

Y ha terminado hablando de España. "Me siento orgulloso de ser español, porque todo lo que sé, lo he aprendido en mi país, es mi lengua, es mi cultura, es lo que me enseñó mi madre y el resto de actrices y actores. Más que una responsabilidad, es un orgullo".

Pepa Blanes

Pepa Blanes

Es jefa de Cultura de la Cadena SER. Licenciada en Periodismo por la UCM y Máster en Análisis Sociocultural...

 
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