El cine en la SEREl cine en la SER
Cine y TV

'Clara Sola', realismo mágico contra la represión sexual

Nathalie Álvarez Mesén, directora nacida en Suecia y criada en Costa Rica, propone un viaje sensorial y místico por la liberación sexual en comunión con la naturaleza

Fotograma de la película 'Clara Sola' con Wendy Chinchilla / ATERA FILMS

Madrid

El nuevo cine latinoamericano está abordando desde la diversidad autoral muchos temas presentes en el debate social. El aborto, la homosexualidad, la maternidad, la crisis climática o el deseo. La debutante  Nathalie Álvarez Mesén es un ejemplo de ello. Nacida en Suecia, criada en Costa Rica y formada en la Universidad de Columbia, en su primer largometraje, Clara Sola, explora la liberación sexual en un pequeño pueblo.

La cinta narra la historia de Clara, una mujer de 40 años con problemas físicos y una relación simbiótica con la naturaleza. Sus dolencias y una madre castradora la mantienen apartada de cualquier vida social en mitad del campo salvo cuando interviene con sus poderes divinos, o al menos eso cree su familia, que ven en ella a una sanadora capaz de traer esperanza a una comunidad muy religiosa. Años de represión que chocan con el despertar sexual de Clara. El personaje comienza a sentir atracción por un joven conocido, una fuerza que la lleva a transitar caminos que desconocía y a emprender una rebelión con lo establecido

Este es el tronco central de un viaje de autodescubrimiento muy especial, porque es importante el qué pero también el cómo. El cómo la directora articula un relato místico y sensorial. Un relato que transciende la conexión física y abraza una comunión con la naturaleza que bebe del realismo mágico. El trabajo corporal de la protagonista, la bailarina Wendy Chinchilla, llena de matices, delicadeza y a la vez rabia y pasión una película que pone en jaque las estructuras patriarcales e invita a romper tabús. Clara Sola se presentó el pasado año en la Quincena de Realizadores del Festival de Cannes, ha estado nominada a los premios Platino y fue la película elegida por Costa Rica para competir en los Oscar.

¿Cómo surge esta idea o qué conexión tiene con con tu experiencia?

La idea del personaje en sí nace a partir de una escena de masturbación y liberación que tiene la película, que está muy conectada con la naturaleza. Y el por qué yo la quería contar tiene que ver un poco con que no había muchos espacios, o ninguno más bien, cuando yo estaba creciendo en Costa Rica para hablar del deseo en sí, de la sexualidad de esa manera, si de una manera biológica se ve en el colegio, pero no lo que le está pasando a mi cuerpo, lo que siente, lo que quiere. Quiero contar historias que también levanten este tipo de conversaciones, que ha sido lo más bonito de la película, ver cómo reacciona el público y ver cómo trae conversaciones con varias generaciones, la abuela y la nieta hablando de sexo… Es una plataforma que la gente puede utilizar para hablar de estos temas y otros temas feministas. Entonces ha sido lindo.

¿Y cómo ha sido el diseño del personaje? Construir a esa mujer entre lo sagrado, lo pagano, la naturaleza, un personaje excluido en su comunidad

En cierta manera creo que Clara es como una bruja al revés, la quieren hacer de santa, la ven como una persona que cura todos los males que le traen, que cura cáncer, que cura diferentes cosas. Que si eso es cierto no, no importa. Lo importante es que la gente de verdad se siente curada y la han puesto en ese pedestal en el que ella no se siente cómoda y que no es compatible con tener una sexualidad. Santa con sexualidad no es compatible. Entonces, se le han puesto muchos bordes, internos y externos, y con una madre muy controladora que incluso si ve que se quiere rascar ahí abajo, le pone chile en los dedos.

Es un personaje que no siente la vergüenza que se le ha querido inculcar, que tiene mucho que ver con la religión. La religión sí tiene cosas positivas, por ejemplo, la comunidad que viene con ella y ese sentimiento de familia, pero que viene con estas normas negativas que se van heredando de generación en generación, que son normas patriarcales y se heredan independientemente de si hay hombres en la familia o no. Por ejemplo, en la familia de Clara son mujeres y aún así se reproducen estas normas. Y Clara, como es un personaje muy honesto y sin vergüenza, entonces es muy difícil adaptarse a ese tipo de sociedad y se adapta mejor a lo que es el resto de la naturaleza no humana. Su mejor amiga es una yegua, habla con escarabajos, siente la tierra, tiene como otro tipo de sensibilidades.

Es un personaje que está en comunión con la naturaleza. No siente que la naturaleza sea algo ajeno, sino que ella es un elemento más de la de la naturaleza ¿Eso también lo tuviste claro desde el primer momento? Esa experiencia con con la naturaleza o esa liberación a través del entorno.

Fue surgiendo muy naturalmente a partir de que el personaje era muy honesto, entonces no podía convivir tanto con otros humanos que le pedían cosas que para ella no eran honestas. Entonces se sentía mucho más a gusto con la naturaleza y, a partir de eso, empieza a desarrollar esa sensibilidad que ya que ella tiene. Esa manera de comunicarse, que es un lenguaje diferente al que tenemos otras personas. Quería contarlo desde ahí, desde un lugar de luz. Es una peli que creo que habla mucho de la sanación y de la autosanación también. Viniendo de estas familias religiosas, lo positivo puede ser que, por ejemplo, me comentaba la directora de fotografía que es sueca, que en Latinoamérica la gente es muy generosa, muy abierta, muy positiva. Eso tiene que ver con una tradición religiosa de poner al otro delante, el prójimo, pero el problema es que se olvida uno de uno y de autosanarse y de autocuidarse uno también. Entonces de eso va un poco la película, pero contada también desde un lugar de luz y tiene partes no solo de drama, también partes graciosas par hacer un personaje muy querible y accesible.

Eso nos lleva también al realismo mágico que tiene la película ¿Cómo es tu relación con ese realismo mágico latinoamericano? La película tiene una parte muy sensorial, un sonido muy cuidado…

Crecí leyendo libros de realismo mágico, soy súper fan de la fantasía además, que ya es algo más extremo. Pero en el caso de Clara queríamos trabajar lo mágico desde un punto muy terrenal y muy acoplado a los cuatro elementos. Incluso en el guion y en la fotografía trabajamos a través de los cuatro elementos. Esta parte es de aire, esta parte es de fuego, esa parte es de tierra. Incluso el trabajo actoral con la con la actriz, que es bailarina y todos los actores son naturales, nunca han hecho cine antes. También con ella trabajamos los cuatro elementos, como que en su espalda tenía raíces, el fuego por dentro, la animalidad, que era 20% lobo. Además de eso, trabajamos el realismo mágico de dos maneras. La primera tiene que ver con la historia que se cuenta y la magia que pasa dentro de la historia. La magia que el personaje de Clara está consciente que está pasando y los poderes que está descubriendo si se quiere leer así a la película. Y la otra tiene que ver con las herramientas que utilizamos para contarle al público y más con imágenes internas, la poesía de la película, la música y la edición, que da una sensación de magia que no necesariamente es magia que está pasando dentro de la historia.

Entrevista | Realismo mágico y liberación sexual con Nathalie Álvarez Mesén

Entrevista | Realismo mágico y liberación sexual con Nathalie Álvarez Mesén

15:17

Compartir

El código iframe se ha copiado en el portapapeles

<iframe src="https://cadenaser.com/embed/audio/460/1652879333684/" width="100%" height="360" frameborder="0" allowfullscreen></iframe>

¿Cómo fue el proceso de casting?

Abrimos el casting completamente a actores y a actores naturales, así le llamamos allá a gente que nunca antes ha actuado. Y al final los que más encajaron era gente que nunca había actuado antes para ese tipo de personajes. Y los buscamos por todo Costa Rica para los cuatro personajes principales. En el caso de Wendy Chinchilla, la actriz principal, no se abrió a actores naturales pero sí a gente con otras experiencias, por ejemplo, bailarinas, mujeres que habían hecho artes marciales, mujeres que tuvieran cierta conciencia corporal. Y al final yo estaba convencida de que iba a ser una bailarina y terminó siendo Wendy. Ella era diez años mayor del personaje como estaba escrito. Nos enamoramos tanto que al final reescribimos el guion, cambiamos la constelación de la familia un poco y lo hicimos con Wendy. Fue un proceso súper bonito. Trabajamos también con un coach de actores tres semanas combinando métodos, porque tenemos métodos diferentes, y a partir de ahí pues se logró este trabajo con con los que ahora ya son actores.

Para los demás personajes, alrededor de estos cuatro principales, una vez que encontramos la locación, empezamos a involucrar a la comunidad y mucha gente del pueblo también actúa en la película. Eso fue también súper bonito.

Y hablabas antes de esta liberación femenina y feminista que tiene la protagonista ¿Es importante también como autora poner el foco en esa liberación en comunidades donde quizá lo tienen más difícil?

El que pasa en un área rural para mí tiene más que ver con el hecho de que el personaje tiene este contacto con la naturaleza y el poder conectar la sexualidad como algo muy natural. Pero sí es cierto que, por lo menos en Costa Rica, las zonas rurales son mucho más conservadoras. En realidad es una cuestión de volúmenes, porque el patriarcado y el anti feminismo y todo eso está en todos lados. Pero es una cuestión de qué tan alto o bajo es el volumen en diferentes lugares.

¿Ha sido difícil levantar esta primera película? ¿Es complicado que llegue esta oportunidad?

La oportunidad no llega, la oportunidad se hace.

Toda la razón

Junto con el productor de la película, que es sueco, empezamos a trabajar en el financiamiento de la película y en el desarrollo en 2015. A partir de ahí sí fue un proceso largo. Hice mi maestría al mismo tiempo y fue un proceso largo porque es una coproducción con muchos países, que es la manera que se puede hacer cine, por lo menos en la mayoría de países de Latinoamérica, con apoyo de otros. Y fue un proceso bonito también por eso, porque implica que gente que trabaja en la película es de muchos lados , aunque la mayoría del reparto son costarricenses, pero todo el equipo de postproducción es de Bélgica, el compositor, la editora. Gente de muchos lados que se une para hacer esto, que al final termina siendo una película que pasa en Costa Rica, pero pasa en un pueblo ficticio con una directora de arte chilena que trae cosas de Chile, yo traigo cosas de Escandinavia y entonces la estética es un poquito mezclada, pero aún así se siente muy auténticamente latinoamericana.

¿Y sientes de alguna manera que, aunque cuesta mucho, en el cine latinoamericano, hay una nueva ola que intenta cambiar las cosas o contar otras historias que narran a esos países?

Sí, sí, siento eso, hay un querer contar historias desde otras perspectivas en Latinoamérica y en otros lugares del mundo. Un nuevo tipo de cine que busca contar historias de nuevas maneras que no necesariamente sean las que se estudian en las escuelas de cine como para hacer blockbusters, sino otras. Y la esperanza es que el público empiece a apreciar ese tipo de historias también, y no solamente las más comerciales, porque al fin y al cabo lo que queremos y lo importante es que el público vaya a ver las películas porque las hacemos para ellos

Ahora que hablas de las escuelas de cine, como directora, como autora, son espacios a los que solo tienen acceso unos pocos, son clasistas ¿Cómo se conjuga eso con luego encontrar tu mirada para todo tipo de historias?

Depende de cómo se utilice el tiempo que se está en la escuela. Siento que es un privilegio poder ir a una escuela de cine, sobre todo en un país que no es el de uno, poder tener acceso a becas. Entonces se trata de cómo usar ese privilegio y devolverlo un poco cuando se está creando cine y cuando se está recomendando personas o trayendo personas a los proyectos para que repercuta en la industria, sobre todo en industrias más nuevas, como por ejemplo el cine de Costa Rica.

José M. Romero

José M. Romero

Cubre la información de cine y series para El Cine en la SER y coordina la parte digital y las redes...

 
  • Cadena SER

  •  
Programación
Cadena SER

Hoy por Hoy

Àngels Barceló

Comparte

Compartir desde el minuto: 00:00