Criptocrak: terremoto en el mundo 'cripto'

Madrid

Tras marcar su máximo histórico en noviembre, por encima de los 69.000 dólares, el bitcoin lleva seis meses perdiendo valor –ha llegado a caer en los últimos días por debajo de los 30.000 dólares-, caída que se ha agravado en los últimos tiempos, coincidiendo con el incremento de la inflación -que volvió a situarse en abril en el 8,3% en Estados Unidos, ligeramente por debajo del dato marcado en marzo, pero por encima de las expectativas de los analistas- y la consiguiente subida de tipos puesta en marcha por la Reserva Federal estadounidense.

Una caída que, lejos de afectar solo a la más popular de las criptomonedas, se ha extendido a todos los criptoactivos. El Ether, por ejemplo, ha perdido un 18% de su valor en la última semana, pero las caídas llegan a ser muy superiores en otros activos. Tanto es así, que la criptodivisa TerraUSD (o UST), llamada a mantenerse en un nivel de paridad con el dólar, ha llegado a caer hasta los 30 centavos. También la otra criptomoneda del mismo creador, Luna, se ha hundido más de un 95% y acumula una caída de un 98% en la última semana.

¿A qué responden estos bruscos movimientos? “Cuatro cosas estamos aprendiendo en estas últimas semanas: que las criptomonedas no van por libre, no son activos no correlacionados con el resto, todo lo contrario, están demostrando una altísima correlación con los índices bursátiles, especialmente con el Nasdaq; que sufren cuando suben los tipos de interés, porque como no producen nada hay un coste de oportunidad; que hay miles de millones que han hecho de su fuente de ingresos la especulación con criptodivisas y que, a día de hoy, ya no hay nadie que haya comprado un bitcoin en los últimos doce meses que esté ganando dinero; y la cuarta es que unas criptodivisas arrastran a otras, especialmente las stablecoins, que tienen como colateral, como respaldo de su valor, otras criptodivisas, especialmente el bitcoin” explica en Hora 25 de los Negocios Roberto Scholtes, director de estrategia de UBS España.

Una elevada volatilidad que, en cualquier caso, concuerda con las advertencias que cada cierto tiempo hacen los reguladores, y que está llegando a poner en riesgo la economía de El Salvador, el primer país en adoptar el bitcoin como moneda de curso legal y que, advierten las casas de análisis, podría acabar entrando en situación de impago de su deuda, habida cuenta de la desvalorización del bitcoin.