"Tenemos que recuperar las políticas forestales": así vuelven a la vida los montes quemados en la Región de Murcia

Murcia / Lorca / Yecla

España atraviesa un verano trágico en lo que se refiere a los incendios forestales que están afectando a muchas comunidades autónomas, desde Extremadura a Castilla y León, Andalucía o Cataluña, con un gran impacto ambiental, social y económico.. En la Región de Murcia, no están llegando a un nivel tan grave, a pesar de que la ola de calor ha mantenido a la comunidad autónoma en nivel de riesgo de incendio forestal extremo durante varias jornadas.

"Lo que está pasando a nivel nacional nos tiene que hacer reflexionar a todos y darnos cuenta de que hay que invertir más en prevención", ha señalado a la Cadena SER Roque Pérez, decano del Colegio de Ingenieros de Montes de la Región de Murcia, que apuesta por recuperar las políticas forestales que, en los últimos años, sobre todo desde la crisis económica, han sido unas de las más perjudicadas por los recortes de las administraciones públicas en todo el país.

Sobre estas políticas forestales y de conservación de montes, explica que para evitar incendios forestales, "con los medios de extinción que tenemos, que son muy buenos, se ha comprobado que no es suficiente". Por eso pide recuperar estas actuaciones, "si queremos conservar nuestros montes, tenemos que recuperar las políticas forestales". Políticas que permitan, entre otra cosa, sacar de los montes la leña que generan cada año y que pueden acabar convertida en combustible en estos grandes incendios. Pérez advierte de que, si no cambiamos la forma de actuar, "tendremos estas catástrofes todos los años".

Moratalla, una recuperación aún en marcha

Durante veinte años, el decano del Colegio de Ingenieros de Montes ha estado también al frente de los trabajos de silvicultura desarrollados en la zona afectada por el incendio de Moratalla, la mayor catástrofe forestal de la Región de Murcia, ocurrida en agosto de 1994 que calcinó 24.000 hectáreas.

Allí han conseguido restaurar una serie de espacios donde ya se ven pinares jóvenes y se ha comenzado con una segunda intervención, que apunta que se ha de acometer en zonas afectadas por incendios de estas características, ya sea Sierra Espuña o la Sierra de la Pila. "Es una labor a largo plazo, trabajamos a 80 o 100 años", explica de este trabajo.

Estas labores se han canalizado a través del proyecto Replant, que tiene como objetivo sanar y restaurar todas las áreas naturales afectadas por el fatídico incendio en la Comarca del Noroeste. Se han realizado diversas actuaciones en la zona para recuperar las condiciones previas al incendio y ayudar a la regeneración, ya que la pérdida de cobertura vegetal había propiciado la aparición de fenómenos erosivos. El trabajo se ha dirigido a la recuperación de la biodiversidad vegetal perdida en casi toda la zona, reintroduciendo las especies mediante plantaciones en zonas apropiadas según su hábitat característico.

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Almadenes, poca intervención humana para un espacio protegido

Más de 300 hectáreas ardieron en la zona del Cañón de Almadenes entre los parajes de la Sierra de la Palera, de La Serreta, la del Almorchón y el Mulatón, en agosto de 2015, afectando seriamente a enclaves catalogados como LIC y ZEPA.

Desde el primer momento la Comunidad anuncio la puesta en marcha de un plan para la recuperación de este espacio, reserva natural de la Red Natura 2000, en base al informe técnico de la Unidad de Defensa Contra Incendios Forestales (UDIF) en el que se recogía que el fuego afectó, en mayor medida, a las laderas interiores, con superficies continuas de espartal y pinos carrasco que quedaron calcinadas.

"Ha habido al menos dos años muy lluviosos desde 2015 y eso ha favorecido de pequeñas plantas. El monte bajo está bastante consolidado y, en la parte arbórea, ya se ven pinos de hasta dos metros", ha explicado Alfonso Díaz, miembro de la asociación Río Ríe, que ha destacado que en esta zona la intervención humana ha sido mínima.

Sierra del Almirez, lentos avances

En Lorca, la sierra de la Almirez ardió en 2015, y 230 hectáreas se vieron afectadas por las llamas. El incendio de ese 6 de agosto, simultáneo al del Cañón de Almadenes, destruyó 230 hectáreas de un valor ecológico inmensa. Aunque siete después aún no se ha recuperado del todo aunque, poco a poco va renaciendo, según ha explicado Pedro Quiñonero, miembro de la Plataforma por la Calidad del Paisaje de Lorca: "No se ha recuperado, el monte lleva plazos lentos, pero vemos ya pequeñas manchas de terreno que se van recuperando".

Dice Quiñonero que "la cicatriz se puede observar desde la ciudad, sobre todo en zonas como la solana", donde esos avances de recuperación son más lentos y pueden llevar aún 20 o 30 años. Avanza, sin embargo, más rápido en la umbría de la sierra. "Ahí ya vemos árboles que incluso han dado fruto", señala como ejemplo.

En esta zona se han realizado 5 campañas y han participado en su recuperación más de 400 personas, que plantaron bellotas de encina, coscojas o quejigos, entre otras especies que en su día fueron autóctonas de la zona, pero que debido a su tala fueron sustituidas por pinos en las primeras décadas del siglo XX, como ha explicado Quiñonero. "Cuando tenemos un bosque de monocultivo, tenemos que renaturalizarlo con que tenga diferentes especies", ha apuntado.