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Economía y negocios

Borja Barragué: "El rol del Estado en la generación de riqueza ha sido inexistente durante muchos años por razones ideológicas"

Borja Barragué, director adjunto de Future Policy Lab, explica las propuestas de su último informe, "El retorno de la política industrial"

Borja Barragué: "El rol del Estado en la generación de riqueza ha sido inexistente durante muchos años por razones ideológicas"

Borja Barragué: "El rol del Estado en la generación de riqueza ha sido inexistente durante muchos años por razones ideológicas"

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Bilbao

A veces, las propuestas y las ideas que se generan en la Academia, en el mundo de la universidad, no terminan del todo de influir en el debate público. Future Policy Lab es un think tank, un laboratorio de ideas, que busca, en sus palabras, revertir esa tendencia e incidir en la actividad política. Esta semana, ha presentado en Bilbao su último informe, junto con la consejera de Trabajo y Empleo del Gobierno vasco, Idoia Mendia, y junto a Sara de la Rica, directora de ISEAK y catedrática de la UPV, entre otros. Borja Barragué, director adjunto de Future Policy Lab, ha explicado en la Cadena SER las propuestas del informe:

Vuestro último informe se titula "El retorno de la política industrial". Uno oye hablar de ese tema y se extraña un poco, porque no no está presente en el debate público. No está y decís que tiene que volver. ¿Por qué?

En España hemos dejado de hacer política industrial durante veinte o treinta años y el reflejo de ello es la importancia que tiene el sector como porcentaje del PIB. Hay países como Alemania o la República Checa, por no irnos a sitios más remotos, donde la industria es aproximadamente el 20% del PIB. Y eso ha sido gracias a que hay una política industrial. Y mientras tanto, en España apenas se alcanza el 10% y, además, ha ido menguando con el tiempo.

¿Cuál es, en pocas palabras, la tesis que defendéis en el informe?

Que tiene que haber una política industrial y que esa política industrial tiene que ser coordinada fundamentalmente por instituciones públicas, por el Estado. Además, tiene que seguir algunos criterios establecidos desde lo público. Por último, defendemos la colaboración entre entidades públicas y entidades privadas. Es decir, entre empresarios y estados: es fundamental para la creación de riqueza y de crecimiento económico.

Vosotros buscáis poner sobre la mesa el debate sobre la política industrial. Esto hace unos años era implanteable. ¿Qué ha cambiado para que se pueda plantear ahora en 2023?

Fundamentalmente dos crisis. La crisis de 2008 (una crisis financiera) y la crisis de la pandemia. Esa idea de que la mejor política industrial es la que no existe venía a decir que la política industrial y muchas otras cosas que generan riqueza y crecimiento económico en una economía tienen que estar determinadas únicamente por el mercado. El Estado debe ser una institución que arregla algunos desaguisados provocados por el mercado y que corrige desigualdades en última instancia, pero la creación de riqueza la establece el mercado de acuerdo con sus propios criterios. Y luego, si acaso, llega el Estado a redistribuir esa riqueza previamente generada. El rol del Estado durante muchos años en la generación de riqueza ha sido inexistente por razones básicamente ideológicas.

Defendéis un Estado emprendedor. ¿Qué significa eso?

Un Estado que dirija la acción de la generación de riqueza y, en este caso, de un impulso dirigido en materia de política industrial. Es lo que no ha existido durante muchos años porque pensábamos que esto no debía hacerse y que ha determinado deslocalizaciones de muchas industrias a otros países y a otros continentes. Nosotros defendemos que ese impulso debe estar, como mínimo, coordinado por lo público, de acuerdo con criterios transparentes, conocidos y que den seguridad jurídica y económica a las empresas.

En el informe decís que España tiene un contexto favorable a la política industrial. Proponéis avanzar en las tres "C". Tres características de una buena política industrial. ¿Cuáles son?

Son la Coordinación, la Coherencia y los Criterios. La Coordinación es esta idea de que, igual que la política monetaria en un país tiene que tener una gobernanza, es decir, unas instituciones que coordinen la política monetaria (en este caso, desde el Banco Central Europeo, porque no podemos dejar, por ejemplo, que una empresa privada determine el precio del dinero, eso lo tenemos todos claro), en el caso de la política industrial, ha de ser también un agente público el Estado, e igual que en el caso de la política monetaria, el que coordine a los actores públicos y privados que forman parte de ese mercado. Eso debe hacerse de manera Coherente. La política industrial no es solo una política, son muchas políticas, es un paquete coherente de políticas, porque no hay una política que, como el bálsamo de Fierabrás, resuelva todos los problemas de una vez y la coordinación desde lo público, esa gobernanza público-privada sugiere la idea de que esas políticas que conforman la política industrial han de ser coherentes. Y por último, como decía, tiene que tener algunos Criterios. Debemos tener claro qué sectores dentro de una economía, o en el caso de la vasca, qué sectores dentro de la industria vasca son más potentes o tienen más visos de ser exitosos, y en la selección, desde lo público, desde el Estado, debemos ver cuáles son las potencialidades dentro de cada industria, porque seguramente no serán las mismas industrias las que podemos potenciar en el País Vasco, en Murcia o en Madrid, por decir algo. Y de acuerdo con criterios transparentes que conozcan todos los agentes, impulsar esas industrias que queramos que tienen más futuro, como, por ejemplo, la industria de la sostenibilidad, por decirlo así, o la digitalización.

Euskadi es un ejemplo evidente que se le viene a uno la cabeza cuando piensa en la industria. ¿Qué caracterísicas crees que tiene Euskadi que se puedan exportar al resto del Estado?

En Euskadi es muy conocida la idea de los clústers, que es una idea de Michael Porter, un economista estadounidense muy conocido, que viene a decir que en materia de política industrial tenemos que ser capaces de coordinar tres puntos de un triángulo: lo público (la Consejería de Industria, por ejemplo), la investigación básica (las universidades) y la investigación aplicada (los Parques Tecnológicos de Euskadi). Esa es la idea que defendemos en el informe y que te viene a la cabeza cuando hablas de un empuje direccional del Estado para generar riqueza en el ámbito industrial: que desde las consejerías se colabore de manera activa con la universidad, que es la encargada de generar conocimiento básico e investigación básica y, por otra parte, con empresas que pueden ser público-privadas, como ocurre en muchos casos en muchas empresas de los Parques Tecnológicos de Euskadi, que son las que coadyuvan a la universidad y al Gobierno a generar esa investigación aplicada fundamental cuando hablamos de industria.

Habláis de una necesaria colaboración público-privada entre las administraciones y las empresas. ¿Cómo se puede estructurar a nivel estatal? ¿Hace falta una política de Estado?

Durante muchos años hemos jugado en el ámbito mental entre dos extremos que son un poco absurdos. Por un lado, la idea de que los mercados se tienen que encargar de todo porque no fallan nunca. Esto, después de la crisis de 2008, la mayoría de personas ya hemos entendido que no es así, pero la única alternativa era la del planificador central soviético, que es omnisciente y omnipotente y. como una especie de Dios, es capaz de saber cuántos tornillos, cuántos coches, cuántas placas solares o cuántas baterías debe producir una comunidad autónoma, una región, un municipio, un Estado. Y esto es igual de absurdo porque hay problemas de información evidentes. Entonces, la colaboración público-privada atiende a esa idea de que no tiene que ser todo negro o blanco, no tiene que ser todo mercado o todo Estado, sino que debe ser en una colaboración entre empresas, entre agentes privados y el Estado o instituciones públicas, donde se encuentra el punto de equilibrio más razonable. Dicho lo cual, seguramente una política de Estado sea demasiado grande. En España, muchas de las competencias en materia de industria podrían ser desarrollada por las comunidades autónomas. porque además eso te acerca un poco más al territorio y tienes un poco más de información y de conocimiento para desarrollar aquellos sectores que no tienen por qué ser necesariamente campeones nacionales. Esta, la de los campeones nacionales, es una idea un poco absurda. Como tenemos cuatro grandes empresas, parece que hay que seguir potenciando solo eso. Y seguramente no. Seguramente, tenemos que ver cuál es el futuro e ir avanzando hacia hacia sectores que tienen potencialidades, aunque nosotros no tengamos empresas tractoras enormes en esos sectores.

Decías que en el Estado se postergó la política industrial. ¿Crees que lo que proponéis se quedará en el papel?

Espero que no se quede en el papel. En algunas regiones, como Andalucía o Canarias, se ha producido una desindustrialización demasiado prematura. Pensábamos que hay una especie de rueda inhabitable de la economía por la cual pasas del sector primario, la agricultura, al sector secundario, industrial, y de ahí al sector servicios o terciario. Y que esos pasos van necesariamente en la buena dirección, porque cada vez vamos a vivir mejor en esa transición de economías del primer al segundo y al tercer sector. Y, desgraciadamente, España es un caso claro donde eso no producido. España tiene un problema de empleos de calidad, es decir, de precariedad en el mercado laboral. Los empleos del sector industrial, por lo general, son mejores que los empleos del sector servicios, pagan mejores sueldos, son más estables, en fin, son empleos de mejor calidad. Aunque sólo sea por el bien de los españoles y de los vascos y de todo el mundo, sería una buena cosa que nuestra propuesta no quedara en el papel, porque la calidad de vida de las personas está muy asociada al sector donde trabajan. Y el sector industrial es un sitio especialmente bueno donde trabajar.

Leyre Santos

Leyre Santos

Redactora en los servicios informativos de la Cadena SER. Graduada en Historia y Periodismo por la Universidad...

 
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