"No nos esperábamos esta repercusión": Se cumplen cinco años de las primeras protestas del movimiento de pensionistas

Han sido alrededor de 230 días de protestas frente a 70 ayuntamientos vascos. Todas con una misma consigna: «Pensión mínima de 1.080 euros». Ni las inclemencias del tiempo, ni las diferencias políticas entre sus miembros han conseguido fracturar el movimiento de pensionistas que cada lunes estaba a mediodía pancarta en mano reclamando unas pensiones dignas y públicas. Ni siquiera la pandemia de la covid, que azotó especialmente a este colectivo, supuso un desgaste en las protestas semanales. En todo este tiempo, han presentado hasta 200 mociones en los ayuntamientos vascos. Desde entonces, los pensionistas han conseguido la derogación de la subida del 0,25 % establecida en la reforma del Partido Popular de 2013 y la demostración de que el sistema público de pensiones es «perfectamente viable», según sus representantes. La actualización del 8,5 % en las pensiones, que se aplicará en 2023, «solo se explica por la lucha que mantenemos», añaden desde el colectivo. Les queda aún así por conseguir el lema más popular: fijar la pensión mínima en 1.080 euros. Tal y como sostiene la plataforma, el 48 % de las pensiones no llegan al salario mínimo interprofesional (1.000 euros). También seguirán luchando para eliminar la brecha de género en las pensiones o derogar los recortes de las pensiones de 2011, 2013 y 2021, y eliminar la promoción de planes de pensiones privadas. Lola Gómez, pensionista de Gatika, se considera una afortunada. Este lunes coordinará la movilización que se desarrolle en Mungia: «Estamos con ganas porque tras cinco años, no nos esperábamos este desbordamiento y este seguimiento de la ciudadanía. Ha levantado muchas conciencias». Le preocupa el alza de los precios. En su caso, ha trabajado en el sector público y goza de una pensión «razonable», explica en los micrófonos de Radio Bilbao a la hora de hacer varios recados. Sin embargo, esa no es la tónica general dentro del movimiento con pensionistas que únicamente cobran la pensión de viudedad, sobre todo, las mujeres que en muchas situaciones, en caso de haber trabajado de forma remunerada, se han dedicado a las tareas domésticas o de cuidados, sin la posibilidad de cotizar. «Yo, por ejemplo, cuando voy a hacer la compra, miro más las marcas blancas. Además, he empezado a comprar congelado, porque me es imposible pagar los precios de las pescaderías», confiesa. A pesar de comparar precios, asegura que no ha notado una gran bajada tras la supresión del IVA de los productos básicos: «Ayer estuve en el supermercado y se nota en algún producto puntual, pero el tique solo me baja de 83 euros que podía pagar antes a 80 que pago ahora». Con motivo de este quinto aniversario, el Movimiento de Pensionistas de Euskal Herria ha editado una revista conmemorativa, de la que ha publicado, por el momento, 2.500 ejemplares. La publicación recoge, con textos e imágenes, las concentraciones semanales que se han venido realizando desde 2018, lo que supuso la pandemia de covid-19, o «iniciativas potentes» como acudir a Bruselas, la recogida de 70.000 firmas, las marchas en bicicleta y las mociones presentadas en 200 ayuntamientos. Según ha destacado el representante del Movimiento de Pensionistas Jesús Soubies, en sus imágenes se refleja «lo sombrío que era el mundo de los mayores» y la posterior «alegría» de este movimiento reivindicativo. «Tiene que movilizar a amplios sectores sociales como en enero de 2020, pero sobre todo tenemos que ofrecer nuestro apoyo incondicional a la clase trabajadora y la juventud», defiende. También ha editado una canción conmemorativa. Un tema compuesto por el bertsolari Xabier Amuriza e interpretada por el cantante de Modus Operandi, Iñaki Ortiz de Villalba, que se convertirá en el himno de todas las protestas a partir de este aniversario.

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Este lunes se cumple un lustro desde que los pensionistas se organizaron y dieron sus primeros pasos como movimiento

Gonzalo Loza