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El cuento de nunca acabar... esta vez acabó mal

El Real Unión pierde en el Stadium Gal contra el Nastic de Tarragona (2-3), después de volver a regalar un gol demasiado pronto, encajar tres goles y enchufarse para merecer empatar cuando todo estaba perdido. Pero no siempre la moneda de las remontadas va caer de cara

Imagen del partido entre el Real Unión y el Nastic en Gal / R.R

Irún

El Real Unión volvió a perder en el Stadium Gal de la misma forma que lleva haciéndolo toda esta temporada: regalando un gol nada más empezar el partido. Lo decía su entrenador, Aitor Zulaika, tras el partido: "Estamos batiendo el récord de conceder goles al rival antes del minuto 20". La verdad es que uno no tiene el dato de si es así de exacto, pero la realidad es que razón no le falta al técnico azpeitiarra. Y así es muy difícil competir en una categoría tan complicada como la Primera RFEF. Porque es el cuento de nunca acabar, que otras veces ha acabado bien... pero que esta vez acabó mal, lamentablemente como muchas otras tardes en esta temporada. Pintas bastos para los irundarras.

Lo que más rabia da es que el Real Unión, en líneas generales, no hizo un partido como para perder. Con 0-3, cuando todo parecía perdido, reaccionó con una rebeldía tremenda para llevar el partido hasta el extremo de merecer sumar, por lo menos, un punto. No fue así, porque cuando regalas tanto al rival, cuando llegas tan tarde a un envite, es muy complicado poder tener premio. El Real Unión perdió así en el Stadium Gal contra el Nastic de Tarragona (2-3), después de volver a regalar un gol demasiado pronto, encajar tres goles y enchufarse para merecer empatar cuando todo estaba perdido. Pero no siempre la moneda de las remontadas va caer de cara. Lo hizo en Alicante contra el Intercity, pero esta vez la desventaja era demasiado amplia.

Y ojo que de esta ecuación no se puede eliminar que el 0-3 del Nastic llegó después de un penalti que ni lo pareció en directo, ni lo fue viendo las imágenes posteriores. En ese momento, parecía anecdótico quejarse de que fuera más o menos riguroso, porque el Real Unión ni estaba, ni se le esperaba. Pero viendo su reacción posterior, claro que hay que acordarse de esa acción. Y cabrea mucho, porque ahora probablemente estaríamos hablando de un empate, y no de una derrota. Pero si vamos más allá, y damos por bueno ese penalti, lo que enfadó más al respetable de Gal fue que en la recta final, con 2-3 y el equipo irundarra empujando en busca de un empate que mereció, el colegiado no quiso ver otra penalti sobre Gio Gagua que fue al menos tanto como el que sí pitó en el área unionista.

No nos gusta acordarnos de los árbitros, pero es que en esta ocasión condicionó el resultado de un partido que hace daño al Real Unión. Porque queda en agua de borrajas la victoria de Alicante de hace una semana. Y porque sigue en puestos de descenso una semana más, y cada jornada que pasa ahí abajo todo se complica un poco más. Pero ciertamente lo que deben hacer los unionistas es corregir cuanto antes los regalos que hace al rival en los primeros minutos. Si un partido empieza a una hora, no se puede llegar siempre tarde. Y sino que vayan convocados antes. Lo que sea. Porque volver a perder un partido por culpa del mismo error cuando nos has merecido perderlo da mucha rabia. Es el cuento de nunca acabar... que debe acabar ya, para que esto al final de curso no acabe mal.

Roberto Ramajo

Roberto Ramajo

Entro en el grupo en 2002 como redactor de prácticas. En 2005 se incorporó a la redacción en Gipuzkoa...

 
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