Gastro

El enoturismo, motor de la renovación e impulso de Rioja alavesa

Las jornadas 'Destino Rioja alavesa' se despiden ensalzando el valor del turismo en la cuadrilla, "que todavía tiene mucho recorrido"

"El enoturismo ha cambiado el modo de concebir y diseñar las bodegas", ha explicado el enólogo y comunicador del mundo del vino, José Ignacio Junguitu, para presentar el primer diálogo de este domingo en las jornadas 'Destino Rioja alavesa', que organiza Cadena SER Euskadi, entre Chelo Miñana, directora de enoturismo de Bodegas Murua y Chema Alberola, arquitecto, que trabajó en el estudio de Iñaki Azpiazu en el proyecto de Bodegas Baigorri. Los dos han coincidido en esa apreciación. "Somos embajadores del territorio y guardianes del paisaje" ha resumido Miñana. Las jornadas se han desarrollado precisamente en uno de los negocios pioneros del enoturismo en Rioja alavesa, Villa Lucía espacio gastronómico.

Desde el turismo y la arquitectura, los dos creen que el diseño y la arquitectura de una bodega tienen que trasladar su filosofía. Alberola ha puesto varios ejemplos: "Marqués de Riscal te está vendiendo que es un edificio moderno, pero que mantiene el cementerio de vinos más importante del año. Ysios, de Calatrava, tiene un envoltorio muy bonito, pero el interior es pobre. Tiene eso porque contrataron eso, un edificio atractivo". En el caso que conoce mejor, el de Bodegas Baigorri, "está todo pensando para las visitas, pero para, al tiempo, no interfiera la elaboración". "Jesús Baigorri, el propietario que ideó el proyecto, nos dijo "está la bodega que tiene telarañas y la que está como una patena. Él no quería ver ni una mota de polvo en la suya". Por su parte, Miñana tiene claro que en Bodegas Murua "Lo primero que hicimos fue hacer buen vino y luego abrir las puertas de nuestra casa para que nos conocieran. Nosotros no somos un museo sino una bodega. Pertenecemos a Masaveu, una familia asturiana muy discreta, y el exterior de la bodega refleja eso, estamos muy integrados en el espacio, si no te fijas no la ves".

Los dos han recordado que en Rioja alavesa empezaron a mostrar las bodegas en el año 2000, copiando a los americanos. "El paisaje estaba lleno de fábricas que parecían depósitos, todo menos bonito", cuenta Alberola. "Cuando comenzamos el proyecto con Jesús Baigorri nos dijo que en California mas del 50 por ciento de las ventas que tenían eran en la propia bodega y eso es lo que quería hacer". Miñana también cree que "nos empezamos a mover cuando vimos el modelo americano. Si tienes tu casa bonita, viene gente y vendes más vino". Para la directora de enoturismo de Bodegas Masaveu, las visitas a las bodegas "es abrir las puertas para recibir en casa, así que la parte social está configurada con salones, como si estuvieran en casa y allí están las obras de arte o la biblioteca del siglo XVI, que queremos que sean como una sorpresa".

A continuación, César León, director creativo del Grupo Solar de Samaniego ha detallado el proyecto de enoturismo Beber entre líneas, que emprendió la cuarta generación de la familia propietaria de la que entonces "era una de las bodegas más feas de Rioja alavesa". "Pero no es lo que parece. Después de una búsqueda de muralistas por todo el mundo, decidimos llamar al muralista australiano Guido Van Helten para recuperar los depósitos y con ellos el museo a través del arte". El resultado son siete murales, de más de 10 metros de altura, que retratan a habitantes de la zona seleccionados por el propio artista y relacionados con el vino., a través de los que enlaza los mundos del vino y la literatura. León ha puesto en valor este proyecto enoturístico porque "sirvió para apostar por la renovación de la viticultura y todos sus vinos y que ha permitido que la bodega haya recuperado todo el prestigio que debería haber mantenido en sus cincuenta años".

Benedicto, el padre del Tempranillo

El futuro de la comarca y del enoturismo pasa también por el futuro del vino y la conservación del paisaje y la tradición, sobre todo, ante la amenaza que ya supone el cambio climático. "Desgraciadamente los vinos que nos vienen tendrán maduraciones alcohólicas mas elevadas, PHs mas altos y acideces mas bajas, serán vinos con menor capacidad para envejecer y madurar en botella". Lo ha comentado Rubén Jiménez, director de viticultura de la familia Luis Cañas, propietaria de Luis Cañas, Amaren y Dominio de Cair. Jiménez dirige el proyecto de recuperación de variedades olvidadas y perdidas, que pueden ayudarles a combatir esos efectos mezcladas con las variedades actuales, al tiempo que recuperan el patrimonio de la zona. "En 1912 se citaban 44 variedades diferentes de uva en Rioja alavesa. En 2016 decidimos empezar el proyecto de recuperación varietal para ver cuántas de esas 44 podíamos recuperar", explica Jiménez,, visiblemente satisfecho porque han podido recuperar más de 40 y "es un trabajo inconcluso". Alarue, Jerónimo, Morate, Bobal...son los nombres de algunas de ellas, aunque lo que mayores alegrías está dando a la familia es la recuperación del Benedicto, el padre del tempranillo.

Jiménez ha defendido la necesidad del proyecto "porque los viñedos viejos son muy costosos de trabajar y al viticultor no le sale rentable. Si no estamos las bodegas para pagarles un precio digno, dentro de poco habrá desaparecido el viñedo viejo."

"El vino es un paisaje embotellado", ha concluido Junguitu. Los invitados creen que todavía hay muchas posibilidades para el turismo en Rioja alavesa, pero faltan infraestructuras, sobre todo hoteleras.

Mitos y realidades del mundo del vino

Junguitu y Antonio Palacios, enólogo, profesor de la Universidad de La Rioja, autor de 'Falsos mitos y verdaderas leyendas del mundo del vino' han rebatido muchos mitos del mundo de vino, empezando por el del precio: "El precio está en la etiqueta, la historia, todo lo que podemos contar...pero eso no garantiza que esté bueno. El precio es cuestión de notoriedad, de lo que queremos aparentar".

Palacios se ha referido a la moda de los productos naturales. "Hay una tendencia a ocultar todos los procesos químicos, como el de la fermentación, como si todo fuera natural y el vino surgiese de fuerzas telúricas. ¿Por qué no hacemos como con la leche y el queso. Qué te gusta más? El queso, claro. Por la fermentación. Pues con el vino igual".

Otro mito antiguo es el de que se añadían animales en la elaboración del vino. "En Rioja alavesa se hablaba de un vino que olía a francés...en otros casos los trabajadores pedían al bodeguero un jamón para meterlo en el depósito y darle sabor. Seguro que se lo habían comido y luego tiraban el hueso como excusa porque esas cosas no funcionan", ha contado, "como aquellos que decían que había que meter un gato en el depósito para remontar los hollejos".

Palacios ha contado muchas anécdotas y estudios, como uno de la Universidad de Michigan que concluye que las parejas que comparten un consumo moderado de vino son más fieles. Ha subrayado lo del "consumo moderado", recordando que Shakespeare ya dijo que "un consumo moderado de vino incita el deseo pero el abusivo frustra su ejecución".

Los dos enólogos se han conjurado para atraer a los jóvenes al mundo del vino. "En la comunicación nos hemos confundido mucho porque hemos hecho del vino un producto muy elitista", se ha lamentado Junguitu. Palacios apuesta por "todo lo que sea ético y sea verdad y sea divertido y sirva para vender vino". "No conozco un producto más pasional que el vino. Una vez que entras, no sales".

Sobre el precio, los dos creen que no hay vino cuyo coste supere los 50 euros, incluso menos. Por abajo, "por menos de cinco euros no digo que vaya a ser malo, lo que te digo es que estamos engañando al viticultor", sentencia Junguitu

 
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