Eider, madre de dos adolescentes con trastorno alimenticio: "Mis hijas van a terapia privada, pero si no pudiera pagarla, estarían muertas"

Bilbao

La Asociación ACABE, que lleva más de 25 años luchando y concienciando sobre los Trastornos de la Conducta Alimentaria, contra la Anorexia y la Bulimia Nerviosas de Bizkaia, cifra en 556 las llamadas que han recibido por trastornos alimenticios en el territorio en lo que va año, una cifra que duplica la del año anterior y que supone unas 55 llamadas al mes. Osakidetza cifra en un incremento de más del 70% las primeras consultas en 2021 pasado sobre trastornos alimenticios y se alerta de esta otra epidemia, que afecta al 4´5 por ciento de los jóvenes de entre 12 y 21 años. La mayoría son mujeres jóvenes, menores de edad. En 'Hoy por Hoy Bilbao-Bizkaia' nos acercamos a esta problemática para concienciar y prevenir.

Eider Gorostidi es ama de dos adolescentes con trastorno alimenticio, explica que necesita "un apoyo real, cuando a una de mis hijas le diagnostican, le atiende una psiquiatra general, no especializada en los problemas alimenticios, esto ocurrió el año pasado y mi hija ha pasado por un ingreso". "Yo porque tengo un buen trabajo y mis hijas van a terapia privada, pero si no pudiera pagarla, mis hijas estarían muertas. ¿Cómo nos pueden decir que lo que hay es suficiente?", afirma.

Da un consejo a otros aitas y amas, "es muy importante que observemos. Cuando nuestras hijas empiezan a estar tristes, a fijarse en ese físico, hay que pedir ayuda a tiempo, ante cualquier duda. Pedir ayuda médica o a ACABE, para mí ACABE fue la salvación".

Ahora sus hijas "siguen trabajando, todos trabajamos, es muy duro y con esta enfermedad aprender lo que es el sufrimiento, porque sufren tus hijos y tú tienes que estar".

Por Radio Bilbao se ha pasado Mariasun Olano, presidenta de la Asociación ACABE. Explica que "con la pandemia ha aumentado mucho el número de casos. Ya veníamos con problemas de falta de recursos y eso ha aumentado aún más. Somos unos 300 socios en Bizkaia, proporcionamos información y en lo que va de año hemos duplicado casos con 556 llamadas, una media de 55 llamadas al mes".

En cuanto al perfil, explica Olano que "piden ayuda afectadas cuando son mayores de edad, pero es un proceso que dura años, hay mucha gente con 30 o 40 años, gente que se está cronificando. La inmensa mayoría son mujeres, pero después de la pandemia ha aumentado el número de chicos en todas partes, de cada 10 personas acogidas, 2 son chicos ahora mismo". "Hablamos de anorexia, pero también hay que meter la vigorexia y la ortorexia. También ha aumentado mucho el trastorno por atracón", señala.

Olano ha indicado que urge una unidad especializada en Trastornos de la Conducta Alimentaria en Bizkaia, "llevamos años intentando conseguirla, nos dicen que los profesionales no lo ven necesario y no es verdad, muchos nos dicen que hay casos en los que es necesario ingresar en una unidad específica". Añade que "quiero distinguir a los profesionales de la parte política. Tenemos muy buenos profesionales, pero la parte política, que es la que asigna recursos, está fallando. Osakidetza hizo un estudio y se ha conseguido que exista un monográfico de los trastornos de las conductas alimentarias y es un paso adelante muy importante, pero ahora hay que convencer a la parte política para que destine recursos".

Mónica Calvo, psicóloga, indica que "otra compañera y yo damos charlas de prevención en institutos. Tenemos una parte teórica, pero también dinámicas de prevención y estrategias de gestión de sus emociones, cómo apoyar a una amiga. Les interesa mucho el tema, más a ellas que a ellos y muchas veces vienen a darnos las gracias tras las charlas". Cada año unos 2.000 adolescentes reciben estas charlas y se les envían carteles e indicaciones a los profesores.