Tensa espera
Asturias
La incertidumbre sobre el resultado de las elecciones generales del domingo, la dureza de los debates, la falta de proyectos claros, de alianzas sólidas y la cascada de encuestas y sondeos contradictorios conducen a los ciudadanos a un estado de nerviosismo, de desconfianza y tensión que parece que todo va a saltar por los aires.
Hacía tiempo que la política no llenaba tantos espacios y que no se colaba en todas las conversaciones, en casas y bares, en centros de trabajo y deportivos. No se habla de otra cosa. Solo quedan cinco días para los comicios y todos nos hemos convertido en cómplices y víctimas de esta campaña que ya dura demasiado y amenaza con llevarnos al límite de la resistencia, pues les recuerdo que en la segunda semana de mayo comenzará una segunda campaña, que promete aún más tensión con las elecciones municipales y autonómicas.
El país espera expectante que las urnas decidan y todo parece parado lo que sin duda es muy malo porque no estamos para frenazos en la actividad, y cuando las orejas del lobo de una nueva crisis se vislumbran a lo lejos. Las empresas quieren saber a qué atenerse, la Bolsa duda, los inversores no saben qué hacer y el nerviosismo se extiende peligrosamente.
La industria se siente amenazada; el precio de las emisiones de CO2 aumenta, la tarifa eléctrica no se regula, sube el petróleo, de Alcoa no se sabe nada y encima hay huelga en ArcelorMittal. Las deslocalizaciones son una amenaza real.
Como ven un panorama muy sombrío. Menos mal que por fin se ha concretado el plan de vías de Gijón con el decidido apoyo de las tres administraciones y la lluvia de millones y de proyectos que están sobre la mesa de la mayor ciudad de Asturias prometen, además de transformarla en una urbe más moderna y atractiva, convertirse en motor de la economía asturiana, que falta hace.
Y es que la botella, ya saben, puede verse medio lleno o medio vacía, todo depende del color con que se mire, que decía Campoamor. Así que les recomiendo que tengamos un pensamiento positivo, para tratar de salir a flote ante el temporal en el que estamos inmersos. Solo desde una actitud calmada y constructiva podremos encontrar el camino para salir de este laberinto.
