¡Gracias Guajes!

Gijón

No hay palabras para definir lo que Abelardo y sus jugadores le han dado al Sporting. No solo han protagonizado un ascenso y una permanencia; directamente le han dado la vida. Si Anselmo López es reconocido como el fundador del club gijonés, todos y cada uno de los componentes del 'Sporting de Los Guajes' quedarán para la historia como los refundadores de una entidad que corría el riesgo de agonizar y que con su trabajo, su entrega y su calidad está más viva que nunca.

Este equipo tiene calidad, tiene futuro, tiene entrega... Y tiene hasta un punto de fortuna. La divinidad futbolística ha querido que cuando tira la moneda, a este grupo siempre le salga cara. En otro domingo que pasará a la historia del Sporting, el 15 de Mayo de 2016, volvió a producirse la carambola necesaria para el éxito rojiblanco. Victoria frente al Villarreal y derrota del Getafe en el campo de los hermanos béticos. Era difícil, pero no imposible, como ha quedado patente.

La tarde fue de tensión, sobre todo porque el Sporting llegaba al partido sin depender de si mismo. Su partido contra el Villarreal fue hasta plácido, porque los rojiblancos dejaron claro desde el principio que eran los que se jugaban algo. Hubo algún susto, como el disparo al palo de Baptistao, pero los golazos de Jony y Sergio fueron suficientes para hacer la mitad del trabajo. Quienes pongan pegas a la imagen del Villarreal en El Molinón que recuerden cómo perdió la semana pasada ante el Deportivo de La Coruña. 

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Los goles fueron, precisamente, obras de Jony y Sergio, dos de los auténticos pilares de este equipo: el primero parte del proyecto de Abelardo desde el primer día y poco reconocido por el club, que apenas se ha esmerado en renovarle, y el segundo capaz de superar el desprecio al que fue sometido por parte del anterior entrenador hasta convertirse en un futbolista de cuerpo entero.

Quedaba la segunda parte: que el Betis echara un cable. Y lo hizo. El Molinón entró en éxtasis cuando por las radios se escucharon las palabras mágicas. "Gol del Betis". El primero fue un alivio; el segundo el éxtasis total en la grada.

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Cuando el Getafe ya perdía y Sergio Álvarez marcó el segundo gol, Abelardo explotó. Se dio cuenta de que había conseguido otro gran milagro y sus lágrimas quedarán como una de las imágenes más emocionantes de una temporada de mucho sufrimiento, pero también de mucho orgullo rojiblanco.

Con el pitido final, se desató la fiesta en El Molinón. Hubo abrazos, lágrimas de emoción, homenaje a los futbolistas, fuegos artificiales y cánticos de protesta contra el consejo de administración. Porque no se debe olvidar que este equipo ha peleado contra las zancadillas que sus mismos dirigentes les pusieron. Ellos no cumplieron encontrando los recursos para pagar lo que debían cuando debían; los chavales han vuelto a cumplir por ellos. Si peleando contra los elementos este equipo ha sido capaz de subir y mantenerse, ¿se imaginan el día que pueda competir en igualdad de condiciones con los demás?

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