Sorolla antes de Sorolla

València

Entre el público general, Sorolla es el pintor de la luz, el de la playa, los niños, las damas y las escenas costumbristas repletas de naturaleza. Sin embargo, en la muestra "Sorolla. Orígenes" descubriremos a un Sorolla al que no estamos acostumbrados, el Sorolla en formación, el que experimenta, descubre e imita a los grandes pintores como Velázquez.

Así lo han explicado el director del Museo de Bellas Artes de València, Pablo González Tornel y el comisario de la exposición, Luis Alberto Pérez Velarde, durante la inauguración de esta muestra organizada dentro de la celebración del Año Sorolla 2023. Una muestra que se compone de 103 obras procedentes de instituciones públicas y de colecciones privadas entre las que destaca "El grito del Palleter", la obra que le vale la pensión que la Diputación de València le concede para estudiar en Roma y que supone el salto internacional del artista.

"En su estancia en Roma y sus viajes a París, Sorolla se convierte en el pintor internacional que conocemos, pero aquí vemos un Sorolla en formación", ha subrayado González Tornel. "Vemos un pintor superdotado que ya da muestras con 15 años de lo que va a ser".

Lo primero, sus trabajos en el Colegio de Artesanos

Luis Alberto Pérez Velarde comisaria esta muestra en la que vemos los primeros trabajos de un adolescente Sorolla; se trata de sus primeros trabajos en las Escuelas de Artesanos y en la Real Academia de Bellas Artes de San Carlos. "Me obsesioné con esa primera época de Sorolla y a pesar que es un pintor en formación no hay obras de baja calidad", ha explicado Pérez Velarde.

La exposición muestra un joven que compagina las clases de dibujo con el trabajo en el taller de cerrajería de su tío José y que va abriéndose camino hacia el éxito con trabajo y tras superar algún fracaso.

El fracaso de Sorolla

En esta muestra también podemos disfrutar de tres pinturas "marinas" con las que Sorolla se presentó por primera vez a un concurso, pero que no fueron tenidas en cuenta. Pérez Velarde ha contado cómo de importante fue también este fracaso en Sorolla y que no se tuvieran en cuenta estas pinturas porque a pesar de ser muy típicas en València, habían dejado de estar de moda. Se trata de tres pinturas en las que ya se adivina el detallismo e interés del maestro valenciano de la luz y el Mediterráneo pues ya apunta un estilo propio en el reflejo de los barcos en el mar.

La exposición habla del joven ambicioso que se presenta a sus primeras exposiciones de Bellas Artes; que copia en el Museo del Prado al gran Velázquez; que vende sus primeras obras en los comercios de València y que conoce al gran fotógrafo Antonio Garcia Peris, que posteriormente se convertiría en su suegro.

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