Las mujeres en empleos masculinizados reconocen que todavía se enfrentan a caras de sorpresa

València

Juezas, taxistas, bomberas... Son las voces de mujeres que trabajan en profesiones masculinizadas y todas reconocen que alguna vez han recibido un trato diferente al de sus compañeros varones por el mero hecho de ser mujeres. El ejemplo más generalizado es el de las miradas de sorpresa al verlas llegar a sitios donde su presencia no era habitual.

Ángela es jueza y cuenta que un abogado incluso llegó a poner en tela de juicio su imparcialidad por su género. En su actual trabajo son todo mujeres y únicamente hay un funcionario. Sin embargo, en su opinión, la sociedad todavía asocia la imagen del juez con la de un hombre mayor, pese a que cada vez hay más juezas que jueces. De hecho, la última promoción de la Escuela Judicial estaba compuesta al 70 % por mujeres.

Asegura que dentro del juzgado nunca ha sentido que recibe un trato diferente al de sus compañeros varones. Y lo mismo le ocurre a Cynthia, taxista, que, sin embargo, sí nota que algunos clientes se sorprenden al verla al volante. En este sentido, el porcentaje de licencias de taxi en València no llega al 15 %, según datos de la Conselleria de Transportes.

De otro lado, la experiencia de Clara y Anna, ingenieras, es distinta: ellas sí han notado que se les trata de manera diferente. Clara trabaja en una compañía del sector de la aviación y calcula las emisiones de los aviones. Anna, por su parte, trabaja en una empresa de acero.

En el departamento de Clara, que cuenta con un total de siete profesionales, sólo hay dos mujeres. Y, a pesar de ser una cifra pequeña, es uno de los departamentos que más proporción de mujeres tiene, ya que el resto de divisiones de la empresa están compuestas, casi en su totalidad, por hombres. En la compañía de Anna, las mujeres representan el 10 %. Y ambas reconocen que han tenido que soportar comentarios machistas.

¿Dónde queda el liderazgo femenino?

Al frente de la empresa de Anna hay una mujer. ¿Pero qué ocurre cuando ellas llegan a las posiciones de poder? La escritora Núria Labari en su libro "El último hombre blanco" apunta que es verdad que cada vez llegan más mujeres a los puestos de dirección, pero cita que "si tienes una vulva entre las piernas (...), habrás tenido que ser más agresiva y más hombre que cualquiera de los que nacieron con el privilegio".

¿Dónde queda el liderazgo femenino? ¿Hay que asumir las formas de trabajo de los hombres para escalar? Sobre esta idea reflexionan Verónica, coordinadora de la Oficina de Asistencia a las Víctimas de Violencia de Género, y María José, bombera forestal.

Cambiar las cosas es tarea de todos y de todas. Empresas, instituciones, asociaciones o clubes deportivos tienen que poner de su parte. Valencia Basket, por ejemplo, pone los mismos medios para al equipo femenino que al masculino. Queralt, su capitana, señala que en este caso la brecha está en el ámbito salarial.

Porque sí, se ha avanzado mucho, pero todas coinciden en que aún queda mucho por hacer para alcanzar la igualdad real.