Hogares Compartidos, una década combatiendo la soledad no deseada de las personas mayores en València

València

El proyecto solidario Hogares Compartidos, nacido en 2013, cumple sus primeros diez años de actividad como organización sin ánimo de lucro destinada a acompañar a personas mayores en riesgo de exclusión. Un aniversario que la asociación celebrará este sábado en Jubiocio y por el que 'Hoy por Hoy Locos por Valencia' ha entrevistado a Amparo Azcutia, una de sus trabajadoras sociales.

"La idea nació tras la detección, hace diez años, de la necesidad de vivienda digna entre las personas mayores con escasos recursos económicos" -afirma Azcutia- y como disyuntiva a las residencias, "la única opción disponible" que este sector de la población se encontraba "cuando acudía a los servicios sociales".

Así pues, una vez ubicada la carencia, la ONG se puso manos a la obra para proponer una alternativa innovadora que ofreciese un alojamiento estable y, al mismo tiempo, evitase la soledad no deseada de los usuarios: "El concepto de envejecimiento ha ido cambiando y una persona de 60 años ahora es alguien joven a quien todavía le queda mucho tiempo por delante para tener un proyecto de vida colaborativo", explica.

Y, precisamente, el acompañamiento social es la labor más importante de Hogares Compartidos, ya que busca que sus beneficiarios "mantengan la ilusión y puedan disfrutar de la vida en compañía" gracias a compartir vivienda. En total, 97 son las personas que han participado en el programa, que cuenta con el 100 % de ocupación de las 14 viviendas de las que dispone actualmente la entidad.

Equidad e intimidad: dos reglas básicas

¿De dónde salen los pisos que Hogares Compartidos pone a disposición de las personas mayores? Amparo explica que la mayoría son "de particulares que priorizan un beneficio social a uno económico", dado que están "alquilados a precios solidarios".

¿Y cómo se decide la aportación de cada individuo? "Los participantes aportan en función de su pensión porque es lo que nos parecía más ético: que fuera un recurso equitativo y no igualitario, ya que todos no partimos de los mismos recursos", asegura.

Otra de las máximas de la organización es garantizar la intimidad de los residentes, porque el hecho de compartir piso no está reñido con el derecho a disfrutar de tu propio espacio: "Es algo que no podemos vulnerar y no concebimos que debas compartir una habitación con un desconocido, por lo que todas las personas tienen dormitorio propio".