Tribunales

22 años de cárcel y expulsión de España para el acusado de asesinar a un cofrade de Gandia

Se trata de 18 años de prisión por asesinato y cuatro años por un delito de robo con violencia

Además, en vía de responsabilidad civil deberá indemnizar a varios familiares del fallecido por una cuantía total de 42.000 euros. / Ivan-balvan

Gandia

18 años de prisión por asesinato y 4 años por un delito de robo con violencia. Esa es la pena que le ha impuesto la Audiencia Provincial de Valencia al acusado y único detenido por la muerte de un cofrade en Gandia en febrero de 2021. Una pena que son los mismos años que pedía la Fiscalía para este varón de origen panameño a quien el pasado viernes un jurado popular lo declaraba culpable de asesinato.

Durante la semana pasada se celebraba el juicio donde los integrantes del tribunal escucharon la versión del acusado quien trató de incriminar a otra persona. Ahora la Audiencia Provincial de Valencia le ha condenado a 22 años de prisión por asesinato y robo con violencia, y es más, también el fallo judicial le condena a la expulsión de España. Según la sentencia a la que ha tenido acceso Radio Gandia SER, esta situación se producirá una vez se cumplan los 2/3 del total de la pena impuesta con prohibición de regresar al mismo por un plazo de 10 años. Además, en vía de responsabilidad civil deberá indemnizar a varios familiares del fallecido por una cuantía total de 42.000 euros.

La sentencia considera como hechos probados que el 17 de febrero de 2021 el acusado se encontraba en la vivienda de este cofrade con quien mantenía amistad. En un momento dado, por causas no conocidas, le golpeó en la cabeza y en otras partes del cuerpo provocándole heridas en la nariz y la boca.

Estos golpes le provocaron hemorragias, quedó aturdido y con dificultades para respirar. Relata la sentencia que tras esto, estando semiinconsciente le ató las manos al cabezal de la cama con bridas de plástico, atando también sus piernas a la pata de la cama con un cable y colocándole en la boca, a modo de mordaza, una camiseta que le impedía respirar. Poco después el herido fallecía a causa de una insuficiencia cardio-respiratoria provocada por una asfixia mecánica. Más tarde, “con ánimo de enriquecimiento”, el acusado buscó por la vivienda objetos de valor y también se apoderó de tres tarjetas bancarias.

El magistrado destaca la "falta de empatía y desprecio" exhibidos por el procesado hacia la víctima, "a la que dejó amarrada como un animal en una situación que le aseguraba una muerte dolorosa y lenta".

 
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