Jaime Samper: «La vela es un deporte accesible a todos»

Benidorm

El Club Náutico de Benidorm lleva casi medio siglo organizando, de manera ininterrumpida, sus Navidades Náuticas, una de las competiciones de vela ligera e infantil con más solera del calendario valenciano y nacional y que hace pocos días volvía a llenar la bahía de regatistas enfrentándose a los elementos, el viento y el mar.

El presidente de la entidad benidormense, Jaime Samper, ha sido el protagonista del SER Deportivos Benidorm, donde ha repasado no sólo lo acontecido en esta tradicional regata, sino toda la amplia actividad deportiva que desde las instalaciones náuticas de la capital del turismo se realiza a lo largo del año.

Respecto al estado de salud de la vela en Benidorm, Samper ha afirmado que «estamos recuperando ese interés por la vela que tanto buscamos en las categorías más pequeñas, la del Óptimist. Tenemos un buen equipo ahí, lo mismo que en la clase 420, en la que también estamos compitiendo. Tenemos también a un experimentado, pese a su juventud, Mariano Cebrián en la clase ILCA 7, lo que antes se conocía como Láser».

Y añade ha añadido que desde el Club Náutico de Benidorm «siempre hemos estado orientados a fomentar ese espíritu marinero que tenía la ciudad y que, al principio de la historia del Club Náutico, era más evidente porque la mayoría de la gente venía de esa profesión marinera».

Un trabajo en el que Samper y su equipo tienen que pelear con el injusto sambenito que arrastra la vela como deporte elitista. En ese sentido, subraya que, en realidad, «está al alcance de cualquiera porque, entre otras cosas, en el Club Náutico disponemos de una flota de embarcaciones que permiten que los que se quieren iniciar en este deporte y explorar sus aptitudes para desarrollarlo, puedan estar uno o dos años compitiendo sin tener que comprarse un barco».

En cuanto a la figura de Mariano Cebrián, una de las grandes promesas de la vela local, Samper afirma que «es un chico que está haciendo un gran esfuerzo porque está compaginando sus estudios con la vela, algo que no es nada fácil cuando se llega a este nivel. Dicho esto, no es algo que pueda dar ventaja a un regatista. En su caso, además, entrena en otros sitios que no son siempre Benidorm, porque está con la Federación Valenciana».

Un deporte, la vela, que pueden practicar juntos padres e hijos y que, por lo tanto, se convierte en una gran herramienta de relación intergeneracional. «Nosotros tenemos una escuela de adultos de vela y muchos de esos equipos están compuestos por un padre y un hijo. A veces, es el hijo el que arrastra al padre; pero, como dices, no hay ningún límite de edad para practicarlo».

Pese a las muchas dificultades a las que, como cualquier entidad deportiva, se enfrenta en su día a día el Club Náutico, su presidente afirma que su estado de salud actual «es excelente. Estamos muy bien, pero dependemos en algunos momentos de poder arrendar nuestras instalaciones y, de esta manera, conseguir el dinero que nos permita desarrollar nuestras actividades. Hay que recordar que todo esto, barcos, velas, monitores, desplazamientos… lo pagamos nosotros. Tenemos ayuda de la concejalía de Deportes, pero somos una organización sin ánimo de lucro y, por lo tanto, necesitamos ingresar para poder atender esa demanda y pagar a nuestros 17 empleados».

Una dificultad a la que no ayuda su reducido tamaño. Algo que ya se puso sobre la mesa hace más de dos décadas. «Como anécdota te diré que el día que se nos hizo entrega de las instalaciones del nuevo Club Náutico, el actual, en el año 2000, el ingeniero que estaba en la mesa nos dijo que con esos 107 amarres no nos auguraba más de dos años de vida… pues ya llevamos 22. De los cuales, yo he sido el presidente los 22 años».