La calle del músico Magenti en Benimaclet

València

Es sabido que durante más de un siglo, desde finales del XVIII hasta finales del XIX, el poblado de Benimaclet tuvo un ayuntamiento y una alcaldía propios, independiente de la ciudad de València, hasta que en 1871 fue absorbido por la capital al no poder hacer frente a las deudas acumuladas con el estado por los servicios públicos que este le proveía. En aquel entonces, Benimaclet contaba con apenas ocho calles y una plaza que todavía conservaban sus nombres tradicionales: las calles Mayor, Horno, Fuentes, Molino, Mitjagalta, Nueva, Iglesia, Callejón y la Plaza. Tras su anexión a València, y con la entrada en servicio de la Estación del trenet, Benimaclet empezó a crecer hacia el sur, alrededor de la propia vía y del camino de València – actual Cuenca Tramoyeres-, donde se levantaron casas de recreo, como la del historiador y alcalde José Martínez Aloy, y tenía su casa la familia del periodista Peris Mencheta.

En aquel entorno eminentemente rural hasta bien entrado el siglo XX, entre las vías del trenet y tránsitos, se levantó en los años 40 el conocido cuartel de la Guardia Civil, y a partir de los 60, una serie de bloques de viviendas que acabaron de unir, urbanísticamente hablando, Benimaclet con València. Una de las nuevas calles abiertas entre aquellos bloques fue dedicada al pianista y compositor Leopoldo Magenti Chelvi (Alberic, 1894 – València, 1969). Magenti se inició en el mundo de la música a través de las lecciones de piano de su madre antes de pasar por el Conservatorio de València, ampliando posteriormente sus estudios en Madrid y Paris. Destacó como un gran concertista de piano y con apenas diecinueve años recorrió Europa y América hasta que un derrame sinovial en la mano derecha truncó su carrera como pianista. Se dedicó entonces a la composición y a la crítica musical en el diario La Voz Valenciana. Entre sus obras más reconocidas cabe destacar la zarzuela 'El ruiseñor de la huerta' (1929) representada en grandes escenarios de toda España. Fue autor también de la banda sonora de la película 'La última falla' (1940) y compuso en 1946 su gran éxito en València 'La Cotorra del Mercat', una revista que se representó más de mil quinientas veces en teatros valencianos y catalanes. En su última etapa compuso himnos muy populares en València, como el de la Coronación de Nuestra Señora del Puig o el Himno del Gremio de Artistas Falleros. Según acuerdo del 4 de agosto de 1970, se le dedicó esta calle del barrio de Benimaclet.