2022: un año con la Sanidad Pública como protagonista en el sur de Madrid

Fuenlabrada

Este año que ya despedimos ha estado marcado, una vez más, por la sanidad y la salud pública. Porque hemos recuperado parcelas mucho más grandes de normalidad pre-pandemia, pero también por el papel que han jugado los gestores de la sanidad pública a la hora de garantizar el servicio. Y en ese sentido hemos hablado largo y tendido de los antiguos SUAP, las urgencias de los centros de salud.

Primero porque habían pasado dos años de pandemia y lo único que no había reabierto eran estos servicios de urgencias de atención primaria. Luego porque nos dijeron que iban a reabrir. Luego porque nos explicaron que sí, pero no todos. Luego porque, manifestaciones ciudadanas mediante, resulta que iban a abrir todos. Luego porque sí, estaban abiertos, pero sin médicos. Luego porque nos iba a atender una pantalla. Luego porque iban a tener médico, pero no todos… Un juego de trileros que ha despistado y desinformado a la población, cabreado a los alcaldes y, al fin, ha empujado a los médicos a la huelga.

La desorientación que hemos vivido en la sanidad pública, aunque ya la atisbábamos hace años, ha terminado de explotar en estos meses de 2022. Sin embargo, esa sensación lleva años instalada en la educación pública en lo que a obras se refiere. Otra vez colegios e institutos prometidos una y mil veces pero que una y mil veces se han retrasado. Son muchos ejemplos, pero en el sur de Madrid los más significativos han sido el instituto Pérez Llorca de Parla, todavía sin terminar y sin alumnos dos años después del calendario previsto; y el colegio Yvonne Blake de Fuenlabrada, donde las matemáticas y la lógica no fueron suficientes para prever que si los alumnos pasaban de curso necesitarían aulas en las que meterse.

Una de las situaciones que más nos ha acompañado este año, aunque parezca ya olvidada y nos hayamos acostumbrado a ella, ha sido (y es) la guerra en Ucrania. Desde el sur de Madrid la hemos mirado desde lejos, sí, pero con la oleada de solidaridad propia de nuestras gentes que se han volcado en todas las ciudades para acoger a quienes han llegado huyendo del horror, con manifestaciones, con historias de dolor y esperanza, con centros de refugiados, con niños escolarizados a toda prisa, con familias de acogida o recogidas de material y viajes hacia la frontera.

Otro protagonista del año ha sido el vertedero de Pinto. Aquel que nadie quería pero que luego era inevitable. No sólo los ecologistas alzaron la voz contra la ampliación del que iba a ser el mayor vertedero de Europa, sino el propio alcalde de Pinto, Diego Ortiz, que llegó a mantener un tenso cruce de declaraciones con su compañera de partido, alcaldesa de Getafe y presidenta de la Mancomunidad del Sur, Sara Hernández, a cuenta de las obras de la nueva planta de tratamiento de residuos.

Ya que estamos con obras, una de las más complejas es la que no se ve, la que va por el subsuelo: la ampliación del Metro desde Villaverde hasta Getafe, hasta el Casar, para dotar al sur de Madrid de otra conexión directa más con Madrid capital. Obras a las que, no obstante, aún les queda tiempo.

En Getafe precisamente hemos asistido a una de las mayores inversiones de compra de suelo por parte de un Ayuntamiento: el antiguo ACAR, el acuartelamiento del Ejército del Aire, un terreno yermo que ha empezado a ser, otra vez, propiedad municipal para impulsar un nuevo barrio, casi 1.500 viviendas y un espacio para la cultura y el ocio.

Pero una de las páginas más habituales y desagradables de nuestro día a día ha sido la de sucesos. Muchas (demasiadas) muertes contamos cada año, bien por accidente o de forma violenta. Noticias que nunca quisiéramos dar. Como la violencia machista, que se llevó por delante la vida de una joven de 18 años de Parla, asesinada por su exnovio. A pocos kilómetros salvó la vida otra víctima, en Pinto, cuyo caso no obstante nos estremeció por la crueldad y dureza de la agresión de su pareja, que la apuñaló 17 veces.

Una de las grandes preocupaciones en materia de seguridad ciudadana este año ha sido la presencia de bandas juveniles, cada vez más agresivas, cada vez más crueles, como en el crimen de Fuenlabrada, con un joven asesinado. Pero también conflictos entre bandas foráneas que también terminaban en asesinato en el sur de Madrid, como el de un sicario peruano afincado en Ciempozuelos.

Las intervenciones de bomberos, policías locales y nacionales, guardias civiles y demás servicios de emergencias se han producido también para garantizar la seguridad de los vecinos del sur de Madrid en momentos como los de tormentas y fuertes lluvias. Como la de Ciempozuelos, inesperada pero desastrosa, en septiembre, o la más previsible pero también caótica de mediados de diciembre en todos los municipios del sur de Madrid. Incluso con una mujer de parto atrapada a la que tuvieron que rescatar y escoltar los bomberos.

Hablemos también de industria, de empresas, porque el desarrollo futuro del sur de Madrid pasa en buena medida por ahí. Porque aunque nos quedamos sin ser sede de la Agencia Nacional de Inteligencia Artificial, a la que optaba Leganés, seguimos con apuestas como la de John Deere en Parla, con un centro de referencia internacional en la investigación aplicada a la agricultura y los cultivos, o los proyectos que llegan a Airbus Getafe para montar parte del futuro de la aviación militar europea.

Aunque hablando de Airbus, el conflicto sindical no se ha apagado, con reclamaciones de los trabajadores para cobrar en función del IPC y por tanto aumentar su salario. Pero si hablamos de movilización proletaria, nos tenemos que fijar en los empleados de Schneider Electric en Griñón, con la espada de Damocles sobre sus cabezas porque la empresa se lleva la parte más importante de su trabajo a Italia y temen no sólo que despidan a la mitad de la plantilla, sino que a medio plazo acabe cerrando la fábrica.

¿Y en deportes? Pues cada semana les hemos contado aquí los éxitos y sinsabores de nuestros principales equipos en todas las disciplinas, desde el fútbol al baloncesto pero pasando también por el vóley, el hockey hielo, el fútbol sala o el balonmano. Pero si nos fijamos en aquello que más pasiones mueve, quizá lo más llamativo ha sido en lo deportivo el descenso a 1ª RFEF del Fuenlabrada de fútbol y en lo extradeportivo la venta del CD Leganés a un grupo inversor extranjero.

Estos han sido algunos, que no todos, de los asuntos que han copado más minutos de radio en los últimos 365 días. Pero otros asuntos quizá no ocuparon tanto tiempo pero tuvieron gran repercusión. ¿Quieren saber cuáles fueron algunas de las noticias más leídas en nuestro digital, sermadridsur.com? Pues en materia de seguridad vial, el conductor bebido que mató a una mujer que cruzaba con su hija pequeña por un paso de cebra; el novel, también borracho, que se estrelló contra otros coches aparcados o los inconscientes que se ‘picaron’ en plena A-4 y acabaron colisionando.

Pero también se han interesado ustedes de manera especial por el perfil de ‘La bestia de Parla’, un delincuente reincidente en la localidad, o por la visita de la presidenta de la Comunidad de Madrid a Airbus, o por el castigo a la médica y directora de un centro de salud de Fuenlabrada, Mar Noguerol.

Pero en este tiempo de Navidad y Lotería, por mucho que no nos hayamos llevado el Gordo, la noticia más leída en los últimos doce meses en el sur de Madrid fue el aperitivo del sorteo, la envidia sana, el sueño lógico de qué haría uno si se pudiera bañar en billetes. Porque la noticia más leída fue de noviembre: les contábamos la historia de una trabajadora que fue a comprar la lotería de la empresa y acabó ganando un millón de euros ella sola.

En definitiva, ha sido este 2022 un año, como muchos otros, de vivencias, de informaciones, de preocupaciones compartidas. Porque eso son en definitiva las noticias. Y aquí seguiremos en la radio, en la Cadena SER en el sur de Madrid, contándoles al minuto “lo que pasa, lo que importa”. Acompañándoles, nosotros a ustedes y ustedes a nosotros. Y que sea por muchos años más.