Sociedad

"Descolocadas y desarmadas", las enfermeras del SUMMA aterrizan en el Zendal

Más de 200 sanitarios del SUMMA han comenzado esta semana a vacunar en el Hospital Isabel Zendal

Dispositivo de vacunación del Hospital Isabel Zendal / ser

Madrid

Es una semana de cambios en el Hospital Isabel Zendal. Este lunes comenzaron a vacunar en el Hospital de Pandemias de la Comunidad de Madrid los 203 trabajadores del SUMMA que han sido trasladados desde el Wizink Center, que cerró sus puertas el domingo. Todavía este miércoles es el primer día de muchos de ellos, concretamente los del turno 'B', que aún no habían aterrizado en el Zendal y que se muestran todavía descolocados en su nuevo puesto de trabajo. En este primer turno, dos médicos, 19 enfermeras y 13 técnicos en siete puestos de vacunación.

Los han trasladado, dicen, de forma "forzosa", avisando con cinco días de antelación y sin avisar a la Mesa Sectorial de Sanidad, compuesta por la consejería y los cinco principales sindicatos. Comisiones Obreras, incluso, ha anunciado una denuncia por esta decisión del Gobierno de Ayuso. Los sanitarios que hasta hace cuatro días vacunaban en el Wizink, pensaban que volverían a los SUAPs una vez concluido su cometido en el antiguo Palacio de los Deportes, pero los 37 centros de urgencias de Atención Primaria seguirán cerrados hasta nuevo aviso.

Lo que antes era una cola eterna al sol, ahora ya no es nada

"Es mi segundo día, todavía no sé muy bien donde está cada cosa", cuenta una enfermera que nos recibe en la puerta del pabellón 3. "Tiene que haber algo de refugiados y 60 o 70 pacientes haciendo rehabilitación". No se equivoca. La Comunidad instaló en el Zendal la Oficina de Atención y Ayuda a los Ciudadanos Ucranianos, una oficina que atiende a los refugiados y que esta mañana estaba vacía. También, como cuenta la enfermera, una Unidad de Rehabilitación Funcional, que actualmente no concentra a más de 70 pacientes.

Mensaje de bienvenida a los refugiados ucranianos en el Zendal / ser

Lo que hace meses era una cola de cientos de personas, que esperaban al sol su turno para recibir su pinchazo, se ha convertido en prácticamente nada. No hay cola para entrar a vacunarse al Zendal. Hasta allí llegan algunos ciudadanos a cuentagotas que piden su tercera dosis, la protección máxima hasta ahora. "Al menos por la mañana hay muy poca gente, por la tarde un poco más".

Vacunar, poco se vacuna ya en comparación al ritmo de hace unos meses. "Yo creo que el día que más he vacunado, he vacunado a 700 personas, a mí me dolían las manos, pensaba <<me estoy haciendo mayor>>, te lo juro, de estar haciendo todo el rato el mismo gesto, ahora el mejor día vacuno a 50".

Un guardia de Ariete Seguridad aguarda en cada entrada al Zendal. En el punto de vacunación, el agente indica a los presentes la puerta y si ve que alguien se queda parado se interesa. "¿Les puedo ayudar?", pregunta a dos señoras que responden: "no, estamos esperando un taxi", aprovechando la única sombra que hay.

Un guardia de Ariete Seguridad vigilando una de las entradas al Zendal / ser

Al pabellón de vacunación se entra por un pasillo poco concurrido. A la izquierda los baños de los pacientes y más al fondo el baño de los sanitarios, que comparten un baño mixto. Dentro del pabellón están los siete puestos de vacunación. Hay varios sitios de sobra. Un celador indica y elige uno de los que están libres.

-"Estamos poniendo la tercera de Pfizer, el brazo izquierdo te viene bien?"

-¿Vosotras sois las que estabais en el Wizink, verdad?

-"Sí, es el primer día que venimos aquí".

-¿Y qué tal?

-"Pues descolocadas, desarmadas. Una mierda. Esto es muy grande, un sitio gigante, ¿para qué? ¿Para 400 vacunas al día?

No esperaban tener que vacunar en el Isabel Zendal. Han cambiado el centro de Madrid por Valdebebas y están agotadas de ir de un sitio a otro. Cerraron los SUAPs y desde entonces son varios los puestos de trabajo que han tenido que cubrir. "Nos tienen del IFEMA al Wanda, del Wanda al Wizink, del Wizink aquí y de aquí ¿a dónde?". A esto se suman los turnos eventuales en la atención domiciliaria y telefónica.

-"Siéntate en esos sillones 10 minutos y si te encuentras bien te puedes marchar".

10 minutos en los que la actividad no remonta. Apenas se ponen cuatro o cinco pinchazos. Mientras, las enfermeras se miran las caras.

Joan Gimeno Guardiola

Joan Gimeno Guardiola

Redactor de Hora 25. Antes en Radio Madrid cubriendo información sanitaria y educativa y en Onda Cero....

 
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