“Un prodigio de la naturaleza”: así se lucha contra el único insecto que sobrevive a los inviernos
El Ayuntamiento de Valladolid tiene varias formas de controlar la población de la procesionaria
Los síntomas de urticaria por la oruga procesionaria no han generado muchos pacientes / Cadena Ser
Valladolid
Afecta sobre todo a los pinos y en Valladolid ciudad hay unos cuantos. La procesionaria está comenzando su ciclo, lo que significa que arranca su viaje desde las alturas de las copas de los árboles, donde sobreviven al invierno dentro de sus bolsones, hasta el suelo.
De hecho, tal y como relata el jefe del Servicio de Parques y Jardines, son los únicos insectos capaces de sobrevivir a las bajas temperaturas, lo que el propio Iván Ruano califica de "prodigio de la naturaleza". De hecho, dentro de esas bolsas blancas que apreciamos en los árboles, van rotando de dentro hacia afuera, de forma que mantengan una temperatura más o menos constante
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Iván Ruano, jefe del Servicio de Parques y Jardines de Valladolid, explica las medidas físicas que se usan contra la procesionaria
En ese momento de descendimiento desfilan de esa manera tan particular que les da nombre, como si fuera una procesión. Y no se sabe en base a qué, en un momento dado, se entierran para formar la crisálida que dará lugar a una mariposa en verano.
Pelillos urticantes
Pero en ese camino, pueden causar problemas a su paso, sobre todo a personas alérgicas, mascotas y menores.
Desde este servicio municipal cuentan con métodos de control para evitar la superpoblación; para empezar, medidas biológicas- que se aplican durante todo el año-, con cajas nido para aves y murciélagos, que son sus depredadores. Además está el bacilus turingiensis, unas bacterias que se aplican en otoño: "Cuando las orugas comen algo impregnado con ello, mueren".
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Iván Ruano, jefe del Servicio de Parques y Jardines de Valladolid, explica qué hacer cuando nos encontramos con la procesionaria
También hay controles físicos que atrapan tanto a las orugas como a las mariposas: "El primero de ellos, que es el que estamos haciendo ahora, es el que hacemos con un camión con cesta. Cuando tenemos avisos de los vecinos o nuestros capataces, acudimos y retiramos los bolsones. Cuando no podemos porque están muy altos, ponemos unos conos de plástico en el troco que cuando bajan quedan atrapadas, aunque no podemos ponerlos en todos los árboles ".
Hay un control físico más, destinada a las mariposas: "Hay unas feromonas que huelen 'a hembra' y cuando los machos van a las trampas, quedan dentro".
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Cuando nada de esto funciona, tenemos dos procesos con productos químicos, uno de ellos impide su crecimiento y el otro, usado solo en situaciones excepcionales, es un insecticida que mata por contacto. Pero hay que tener cuidado porque mata por contacto y hay que aplicarlo a bolsones muy concretos.
Niveles normales
De momento los niveles en la ciudad son normales aunque en el Pinar de Antequera, por ejemplo, donde no pueden intervenir, proliferan más. De hecho, algunos de esos ejemplares pueden terminar en la ciudad.
Desde el servicio municipal piden tener cuidado, sobre todo en el caso de menores y mascotas: "Lo que hay que hacer es tener cuidado cuando vea esa procesión, sobre todo niños y mascotas, que no las toquen, y llamar al servicios de Parques y Jardines o ponerse en contacto con el ayuntamiento".
Beatriz Olandía
Es redactora en Radio Valladolid y edita los informativos Hora 14 Valladolid y Hora 25 Castilla y León....
