Dos maniquies aparecidos en varios pueblos del Nordeste de Segovia ponen el foco en los posibles nuevos pobladores

Carmina, Miguel, Antonio e Isabel son los nombres de cuatro personajes que por sorpresa han aparecido este fin de semana en las localidades de Aldealengua de Santa María y San Pedro de Gaíllos. Se trata de cuatro maniquíes con atuendos juveniles y veraniegos y acompañados de una pequeña maleta de mano. Como si de turistas reales se trataran, a través de los códigos QR que portan parece que su objetivo va más allá de una visita exprés. Desde luego que durante el fin de semana han causado sensación en las localidades donde han aparecido. Según comenta el alcalde en funciones de San Pedro de Gaíllos, Juan Carlos Montero, estos particulares vecinos llegaron el viernes y se los encontró a la puerta del Ayuntamiento. La primera impresión fue que podían ser los restos de una juerga pero al ver el código QR y acceder a la información, vio que estos particulares visitantes dan algunas pinceladas de su vida. “Antonio e Isabel están viviendo en Madrid, tienen dificultades para pagar su piso. Ella tiene un trabajo eventual, el trabaja en hostelería y expresan querer venir a vivir a un pueblo tranquilo y trabajar”, cuenta. “Esta iniciativa ha llamado mucho la atención y eso es lo importante”, añade. Esta temática no es nueva en San Pedro de Gaillos, Montero explica que “los pueblos tenemos dos problemas: el trabajo y la vivienda y no sabemos que fue antes si el huevo o la gallina. Hay gente que viene a trabajar al pueblo y se queda a vivir en Segovia. Tenemos que buscar la fórmula para que se queden a vivir aquí. Aquí hay muchos chicos pero los padres los llevan a Cantalejo o Sepúlveda al colegio”, cuenta. De hecho, este curso que está apunto de terminar, la escuela se ha mantenido abierta gracias a que llegó una familia con 2 hijos que alquilaron una casa municipal. En San Pedro de Gaíllos, en los últimos años han desarrollado varias promociones de viviendas de protección oficial que les ha ayudado a mantener población y seguirán en la misma línea en los próximos años y buscando otras vías para que las casas viejas que existen en la localidad se puedan vender o alquilar y rehabilitar para acoger pobladores.