La Molinera: "Por encima de la propiedad privada tiene que estar el bien común"

Cinco años ha durado el centro social de La Molinera, en los que el antiguo hotel Marqués de la Ensenada pasó de ser un edificio abandonado, lleno de suciedad, e incluso, pasto de las llamas, a ofrecer actividades y charlas en el barrio de la Victoria. Esta madrugada han sido desalojados los últimos miembros de La Molinera, con un importante operativo policial, integrado por decenas de agentes de la Policía Nacional, incluida su unidad antidisturbios, y de la Policía Local. Los pocos viandantes que a esa hora pasaban por la zona apenas sí se han parado para comprobar lo que estaba sucediendo, a pesar de lo aparatoso de la imagen que dejaban los numerosos vehículos policiales diseminados por el entorno de la histórica fábrica de harinas La Perla. El antiguo hotel de cinco estrellas Marqués de la Ensenada quebró dejando a los trabajadores en la calle y sin cobrar. La edificación permaneció desde entonces abandonada, generando un importante deterioro de un edificio emblemático, ya que se trata de una de las pocas harineras que quedan en pie en la comunidad. Tras el desalojo representantes del centro social han señalado esta mañana frente al edificio, mientras se tapiaban sus puertas, la labor que han llevado a cabo durante los últimos años, primero recuperando el inmueble, limpiándolo y sacando de su interior todos los escombros y basura acumulados durante su abandono, y después llevando a cabo distintas iniciativas, como la despensa solidaria, cuya labor se pierde ahora. Jorge Lebrero, miembro de La Molinera, se preguntaba por qué ninguna institución pública, como el ayuntamiento, ha luchado por hacerse con este bien de interés cultural. Hoy a las 8 de la tarde se convoca una manifestación que partirá de la Molinera y llegará a Fuente Dorada. Entre los simpatizantes del colectivo que acudieron esta mañana a las inmediaciones del antiguo hotel Marqués de la Ensenada, estuvo el cantante de Celtas Cortos, ‘Cifu’, que mostró su sentimiento de “frustración enorme, desolación y vergüenza” por el desalojo. “Hace cinco años, cuando este proyecto echó a volar, muchos pudimos compartir ese momento emocionante y ejemplar para la ciudadanía vallisoletana”, recordó el músico, para quien “era necesario un espacio común que a lo largo de estos cinco años ha desarrollado un montón de actividades netamente ciudadanas”.