Preocupación en la Ribera del Duero por la falta de agua y la oscilación térmica

Ribera del Duero

Reza el dicho 'abril aguas mil', pero las previsiones no apuntan precisamente a ello. "Vienen dos semanas de temperaturas altas, sin lluvia. Y sin embargo, gracias al mes de abril del año pasado aguantamos el resto de los meses. Todo el campo necesita agua, cruzamos los dedos para que vuelva a llover", dice Nacho Rincón, viticultor de la Ribera del Duero. Y es que esta zona caracterizada por sus vinos de calidad está preocupada por la oscilación térmica y la falta de agua, porque aunque la vid sea una planta resistente y capaz de adaptarse a situaciones complejas, no da para tanto. "El mayor riesgo es de cara a la brotación. Ya he visto viñas jóvenes brotadas con hoja, y toda esa viña joven en el momento en el que haya heladas -en estas pasadas noches se están produciendo- se van fuera", lamenta.

¿Qué tareas están desempeñando?

Hasta ahora, en estas pasadas semanas "hemos estado con la poda y el abonado, que es muy importante, y luego labrando, esperando las lluvias". "He mirado la estación meteorológico y en Moradillo hemos tenido suerte porque nos han caído muchos litros de agua, y el año pasado pese a los meses de calor y la falta de agua la viña se comportó fenomenal, aunque tenemos un suelo arcilloso que ayuda. Es el viñedo joven el que más sufre realmente, y lo que haría falta es el regreso de la lluvia, porque si no te puede afectar a maduración o rendimientos", añade.

Las heladas "son buenas para la viña que no ha brotado porque permitirá pausar todo un poco", por eso "pediría más bajas temperaturas además de la lluvia, y que sobre todo nos respete el granizo, pero al final somos un sector que depende mucho del tiempo, e igual un año tienes una añada espectacular y te llega un mes complicado de agosto o septiembre y se complica; no puedes hacer previsión pero cualquier factor te puede afectar",