Sociedad

Desde Mali hasta Palencia, siguiendo los pasos del aguilucho cenizo

Se les ha empezado a ver por el sur, pero probablemente hasta abril no lleguen a provincias como Palencia, en la mitad norte de la península

PALENCIA, 09/03/2023.- Desde Mali hasta Palencia. El aguilucho cenizo recorre miles de kilómetros cada primavera para regresar a España, criar a sus polluelos y mantener viva una especie vulnerable, en declive, que reclama su espacio entre campos de cereal y tiene sus lugares favoritos en las provincias de Badajoz, Palencia, Valladolid y Zamora. EFE/SEO BirdLife SOLO USO EDITORIAL/SOLO DISPONIBLE PARA ILUSTRAR LA NOTICIA QUE ACOMPAÑA (CRÉDITO OBLIGATORIO) / - EFE

Palencia

Desde Mali hasta Palencia. El aguilucho cenizo recorre miles de kilómetros cada primavera para regresar a España, criar a sus polluelos y mantener viva una especie vulnerable, en declive, que reclama su espacio entre campos de cereal y tiene sus lugares favoritos en las provincias de Badajoz, Palencia, Valladolid y Zamora.

La Sociedad Española de Ornitología SEO/BirdLife ha hecho un mapa con los movimientos de 17 ejemplares marcados con GPS en distintas provincias españolas, Álava, Albacete, Cáceres, Huelva, Jaén o Palencia. La tecnología ha permitido seguir sus migraciones por África, en el Sahel africano, donde tienen sus cuarteles de invernada, en países como Mali, Mauritania, Senegal o Burkina Faso, y su vuelta a Europa.

En estos primeros días de marzo ya empiezan a detectar su regreso a España. Se les ha empezado a ver por el sur, pero probablemente hasta abril no lleguen a provincias como Palencia, en la mitad norte de la península. Estarán por estas latitudes unos siete meses al año. El tiempo necesario para que sus polluelos se independicen.

"Ya están de vuelta los primeros ejemplares", confirma a EFE el técnico de SEO/BirdLife Jesús Pinilla mientras lee la base de datos construida con la información recabada por los sistemas GPS de alta resolución que cargan estas rapaces como si fueran mochilas. La mayoría cruzan el Estrecho de Gibraltar. Pero lo hacen "por su cuenta" no forman bandadas como otras especies que anuncian en grupo su llegada. Son independientes y hay que seguir su rastro uno a uno.

En Castilla y León, la comunidad española con más parejas de España, unas 2.000, se marcaron con GPS diez aguiluchos, tres en Salamanca que ya han dejado de emitir, -bien por muerte de la rapaz o fallo del aparato-, tres en Segovia, dos en Zamora y otros dos en Palencia.

En Palencia se marcaron un macho y una hembra adultos en 2019. A la hembra no le fue muy bien porque murió poco después en Mauritania, así que nunca regresó a la provincia para criar.

El macho corrió mejor suerte. Y se pudo comprobar que, hasta que se le perdió la pista, en la primavera de 2022, le gustaba invernar en Mali y Níger y criar en Osorno y Carrión de los Condes, en la provincia de Palencia, porque son aves bastante filopátricas y les gusta volver donde nacieron y criar en los mismos sitios.

Por Palencia, concretamente por la zona de La Nava, también pasó una hembra que se marcó en Segovia en 2019 y que este año va un poco retrasada porque esta semana todavía no había salido de África. "Está en Mali, pero sabe bien lo que hace, porque ya ha hecho este viaje unas cuantas veces", señala el experto.

Estarán entrando en el país durante marzo y abril, algunos encontrarán un lugar idóneo para criar en el sur de España, otros seguirán su camino hacia el norte, y casi todas las provincias españolas podrán presumir de tener alguna pareja de aguilucho cenizo multiplicándose entre campos de trigo y cebada.

Por eso, a esta especie, vulnerable, amenazada y en declive en España, le gusta especialmente la comarca de Tierra de Campos palentina, donde encuentra cobijo suficiente para nidificar y criar a sus polluelos, a pesar del riesgo de morir a los pies de una cosechadora. "Ponen entre tres y seis huevos que incuban durante un mes y que están en el nido otro mes antes de echar a volar", explica Pinilla.

En Palencia, esta primavera, se acomodarán entre 330 y 400 parejas, lo que la convierte en la segunda provincia española preferida por el aguilucho cenizo, detrás de Badajoz, con 500 parejas, y seguida de Valladolid y Zamora, con entorno a 250 parejas cada una. Aunque solo un buen ojo avizor y mucha paciencia permitirá avistarlas.

Los polluelos se independizan entre julio y agosto y a finales del verano empezarán a pensar en marcharse a África para volver a cerrar el ciclo de una especie en declive en la última década. Y es que, según el último censo realizado por SEO BirdLife, España acoge unas 4.269-5.360 parejas de aguilucho cenizo, lo que supone un declive de entre el 23% y el 27% en diez años.

Un dato más trágico aun si se tiene en cuenta que España es el país europeo más importante para la especie a nivel numérico, seguido por Francia, con 3.800-5.100 parejas, o Polonia, con entre 3.000-4.000 parejas

Por eso ha sido declarada Ave del Año 2023, por votación popular, para poner el foco en esta especie que se reproduce en ambientes agrícolas, donde han cambiado los sistemas de cultivo, todo se ha mecanizado y se usan fitosanitarios que acaban matando a estas rapaces.

Y en por ello es importante hacer una llamada de atención a los gestores, porque "el aguilucho cenizo está en lo más alto de la cadena trófica, es el indicador de la salud de nuestros ecosistemas y su conservación va a influir en nuestra calidad de vida", afirma Pinilla.

En este sentido asegura que es urgente actuar con medidas que faciliten la convivencia de la agricultura con la especie, dejando rodales sin cosechar o retrasando la cosecha hasta que los pollos vuelen, a cambio de contraprestaciones económicas que solo la administración puede establecer.

Solo así, la mano del hombre podrá contribuir a la recuperación de esta especie y garantizar que vuelvan, fijando su domicilio estival en el medio rural donde nacieron.

 
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