¿La última oportunidad?

León

De Majadahonda no puede pasar. La peor racha en cien años no parece alterar el pulso de la cúpula de la Cultural, convencida de que Eduardo Docampo y sus jugadores darán la vuelta a una situación que empezó siendo anecdótica y que podría acabar siendo dramática si no se corrige a tiempo. La sequía que a todos los niveles arrastra el equipo en las siete jornadas de la segunda vuelta ya tiene reflejo en una clasificación que se estrecha mirando a la zona de descenso. Además de haber seis equipos entremedias, los blancos mantienen cuatro puntos de colchón y, a priori, les bastaría con cuatro triunfos para salir de cualquier duda, pero a día de hoy ganar un partido se ha convertido en una especie de misión imposible. El objetivo es no hacer "un San Fernando", conjunto que el curso pasado salvó la categoría "in extremis" tras pasar de ocupar la cuarta posición a principios de marzo a no ganar ninguno de los últimos trece encuentros. Aunque la situación no es límite, al Reino de León han llegado las urgencias.

Tendrá una semana más Docampo, tal vez la última, para sacar a la Cultural de una crisis sin precedentes. De sus dirigentes recibirá todas las herramientas humanas y materiales necesarias para que el ambiente sea el adecuado, a pesar del ensordecedor ruido del entorno contra el que se revolvió el técnico hace días. La orden es cerrar filas de manera interna y mantener la normalidad (este martes se abrirá el entrenamiento a la prensa) a la espera de un resultado que lo cambie todo. De lo contrario, el futuro del entrenador pendería de un hilo muy fino. El infernal calendario actual (Córdoba, Alcorcón y dentro de quince días el Dépor) y el granero de puntos obtenido principalmente en otoño permiten que, a estas alturas, la cuerda no se haya roto. Pero hay tensión, la propia de un club abonado en las últimas campañas a mover su banquillo. En su momento llegó a destituir a Víctor Cea cuando el cuadro leonés era cuarto en la tabla.

Deberá dar Docampo lo mejor de sí para sacar al equipo del colapso futbolístico y mental. Y de reojo mirará a la enfermería a la espera de buenas noticias. A pesar de que el debate clásico en estos meses es apuntar a la delantera y a la preocupante capacidad creativa que ha dejado a la Cultural sin recursos ofensivos en los últimos partidos, del bajón defensivo se hacen cargo todos. La lesión de Castañeda llegó en el peor momento y la entrada de Joel ha estado lejos de lo esperado. En el centro, la sólida pareja que formaron Trigueros y Amelibia se rompìó en Ceuta, allí donde empezó el calvario de Jesús Álvarez, que fue lidiando partidos después con una lesión de tardío diagnóstico y confusa recuperación que ha privado al técnico de un jugador clave en su filosofía. No hay un recambio natural para el maño, con cuya presencia Tarsi y Kevin Presa crecían. Por el equilibrio y por recuperar futbolistas pasa también la necesaria catarsis que, en el Cerro del Espino y ante un rival de su misma "liga", en caso contrario se convertiría en punto de no retorno. El último técnico en cosechar cinco consecutivas cayó de forma fulminante.