Solidaridad en Turquía con ADN de Aranda

Aranda de Duero

Qué curiosa y bonita puede ser la casualidad. A veces une a dos personas que no se conocen pese a ser del mismo lugar en los sitios o condiciones más insospechados. Es precisamente lo que le ocurrió a dos arandinos en Turquía. Cada uno con una ocupación, cada uno residente en un lugar de España, pero unidos por unas mismas raíces y un mismo sentimiento de ocupación y preocupación por los demás. Tras los terribles movimientos sísmicos que sacudieron hace días al pueblo turco, una oleada de solidaridad ha llegado al país desde todo el mundo. España no ha sido menos, enviando todo tipo de ayuda. Militares, bomberos, médicos... Allí se han levantado hospitales de campaña para curar y acompañar a todos esos heridos. Y allí han coincidido dos arandinos que, por casualidad, se conocieron. Gonzalo Velasco y Elena Gil, bombero del Ayuntamiento de Madrid y pediatra del Hospital de Laredo respectivamente. "Un día cenando nos dimos cuenta de que éramos los dos de Aranda, no nos conocíamos, y eso que hemos estudiado en los mismos centros y somos del Polígono y tenemos amigos comunes", dicen.

La respuesta del terremoto

"Los primeros días fueron intensos y duros porque llegamos a las cinco y media de la mañana del viernes pasado; ahora ya está en la rutina, el trabajo del día a día pero en Turquía. Al principio todo fue caótico, con temperaturas bajas, pero abrimos el hospital", cuentan. "Es una experiencia que enriquece, yo atiendo infecciones respiratorias y gastroenteritis, son situaciones indirectas de lo que supone vivir en tiendas de campaña y estar en condiciones difíciles al no tener donde alojarse. Eso hace que acuda gente con infecciones derivadas de esa situación", apunta Elena. "Yo estoy en la parte logística, lo principal fue montaje y ahora el mantenimiento del hospital; potabilizamos cerca de 30.000 litros de agua al día, tenemos incineradora, y a eso nos dedicamos. Pero lo principal es la dificultad del suministro de combustible para los generadores, intentar conectarnos a la red eléctrica, y el sentimiento es como todos, contentos de poder ayudar a la gente. He podido salir y la situación es devastadora", señala por su parte Gonzalo.

La recuperación, explica el bombero, será "lenta". "A nivel internacional yo trabajo en la parte de coordinación humanitario con la ONU y han cuantificado cuánto dinero hay que aportar a Turquía y Siria, y desde ayer o anteayer se activaron los grupos y lo que se está haciendo es ayudar en la infraestructura para ir rehabilitando el país poco a poco. Son 10 las provincias afectadas, pero va a llevar tiempo", cuenta.

Un hospital en 72 horas

Tras explicar este último cómo se coordina toda la solidaridad y la gestión que la ONU o la UE hacen sobre el terreno ante una crisis de este calibre, Elena cuenta cómo llegó a Turquía. "Es la primera vez que vengo con el equipo Star, un proyecto entre el Ministerio de Sanidad y la Agencia Española de Cooperación con el objetivo de montar un hospital en 72 horas y en el que trabajásemos personal sanitario de todo el país. Durante estos años nos hemos formado, hecho simulacros, hasta estar preparados y disponibles ante un desastre natural", explica, contando que el equipo lo forman en total 400 sanitarios de diferentes especialidades y que en el pasado ya estuvo con otros proyectos en Kenia e India. "La formación y la educación hace que si crees que puedas aportar lo hagas. Nos lo enseñaron en el sistema público, en nuestro colegio -Santa María- e instituto -Vela Zanetti-".

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Ambos siguen muy ligados, por cierto, a Aranda. En el caso de Gil finalizó su contrato en el Santos Reyes y tuvo la oportunidad de trabajar en Cantabria, aunque muy a menudo regresa a sus raíces para ver a sus padres y amigos. Velasco, por su parte "voy menos de lo que quisiera porque vivo en Suiza", pero "sigo teniendo a mis padres que mi padre es bombero allí por cierto, y mis amigos", y "me gustaría ir más a comer pinchos, aunque tampoco me pierdo Sonorama".

Medalla al Mérito Civil

Este último, por cierto, recibió este reconocimiento "al salir en un ciclón que se dio en Mozambique, donde estuvimos como cinco semanas tras las inundaciones que se dieron", aunque "tengo otras experiencias en coordinación, también en Kenia o Zimbabue". "A mí me nace esto, no sé hacer muchas cosas, ayudar te nace, y creo que tiene que ver mucho con tu profesión. Yo supongo que a los pediatras les pasa lo mismo, pero si tú estás por la mañana, sales de guardia el lunes, ves que ha habido un terremoto grande, y ya estás diciendo en casa que posiblemente te tienes que ir. En unas horas estás en un aeropuerto y te vienes, paralizando tu vida, pero sabiendo que estás donde tienes que estar y haciendo lo que sabes hacer", explica.

Gonzalo y Elena son dos ejemplos de solidaridad, lucha, y entrega por los demás. Nunca han esperado nada a cambio. Ellos son de dar. "Estamos para darles una sonrisa y un abrazo si lo necesitan", sentencian.