Opinión

Sí, sí, es el SMI

La Firma de Javier Gómez Caloca

"Sí, sí, es el SMI", la Firma de Javier Gómez Caloca

"Sí, sí, es el SMI", la Firma de Javier Gómez Caloca

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Palencia

Buenos días, ayer se publicó en el BOE la subida del 8% del SMI, subida que deriva del acuerdo de Gobierno entre PSOE y Unidas Podemos de cumplir la Carta Social Europea y llegar al 60% del Salario Medio, el nivel de ingresos por debajo del cual no es posible para los trabajadores tener una vida digna y suficiente. En siete años, el Gobierno del PP lo subió 94 euros, y en los años más duros de la crisis económica, de 2012 a 2015, apenas lo incrementó 7 euros al mes. En los cinco años de éste Gobierno de la izquierda, el incremento ha sido del 47%, 344 € más al mes y 4.816 más al año. Como he dicho en otras ocasiones, estas son las cuentas, lo demás son cuentos.

Este adecentamiento ha sido posible por la insistencia negociadora de los sindicatos UGT y CC.OO. y por un Gobierno que ha entendido que no podíamos tener un salario mínimo a la cola de Europa y muy cerca del umbral de la pobreza. Desde posiciones ultra liberales, a las que les gustaría que no hubiera salario mínimo para poder jugar con la necesidad de los trabajadores y prefieren dar propinas en negro a salarios dignos, se critica que ha subido más que en los demás países de Europa. Es verdad, pero no dicen que, aun así, seguimos lejos de las principales economías europeas que ya se encuentran en el entorno de los 2.000 euros mensuales.

A cada año, a cada subida, desde 2019, hemos oído las mismas críticas ideológicas y catastróficas, que no se han cumplido y que se resumen en el argumentario del PP el año pasado. La subida iba a suponer, ni más ni menos, que destruir tejido productivo, aumentar la economía sumergida, ralentizar la creación de empleo, disminuir la prosperidad y, ahí les dolía más, encarecer mucho el trabajo doméstico, vamos, la chica que les hacía la casa.

La realidad ha sido otra. El alza ha sido positiva, en especial para las mujeres y para los más jóvenes para los que el SMI es la puerta de entrada al mercado de trabajo. Es decir, para acortar la brecha salarial de género y de edad. También ha mejorado directamente a los trabajadores de los sectores con salarios más bajos como el agrario, la hostelería o el comercio.

Además, estos incrementos están teniendo fuertes retornos económicos en recaudación fiscal, en generación de consumo y demanda interna y en cotizaciones a la Seguridad Social. Un dato, por cada 100 euros que sube el SMI, 28 van a la caja de la Seguridad Social, con la que se pagan las pensiones. No olviden, sólo salarios dignos, garantizan pensiones dignas.

Según UGT en nuestra provincia esta subida del SMI afectará de manera directa a unos 10.000 trabajadores e indirecta, añado yo, a casi todos los convenios provinciales de sector que en su totalidad o en las categorías más bajas, han visto subir sus salarios a la par que el mínimo en los últimos años.

En mi trayectoria sindical conocí a una inmensa mayoría de buenos empresarios por eso no generalizo si digo que el Presidente de la CEOE, el tal Garamendi, falso e ilegal autónomo hasta la semana pasada, y que se va a pagar el equivalente a 25 salarios mínimos, es un impresentable.

El Presidente de la patronal palentina, mal lector de argumentarios, pide a los empresarios que despidan y suban los precios en el mismo porcentaje que lo hace el salario mínimo. ¿Qué nos quiere decir que cuando el salario mínimo estaba en 645 euros, salían a las plazas a contratar, no había paro en Palencia y bajaban los precios todas las mañanas?

Para rematar, la gran patronal agraria, Asaja, cuyo presidente provincial se lamenta de no encontrar trabajadores para labrar de sol a sol u ordeñar de lunes a domingo y de enero a diciembre, también se opone ferozmente a la subida. ¿No será que, sabiendo que tienen que pagar muy por encima del SMI para encontrar mano de obra, lo que no quieren es abonar cotizaciones sociales y son más del sobre o la patriarcal retribución en especie?

Como diría el gran Labordeta, a la mierda.

Buena semana.

 
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