El fotógrafo que cambió Francia por Aranda

Aranda de Duero

Nicolas Prégre cambió Francia por Aranda hace ya tres años. "Llegué con la idea de quedarme solo un año, y aquí sigo", dice entre risas, aunque ya avanza, no por mucho tiempo. "Realmente estoy viviendo mis últimas semanas arandinas, porque me toca marcharme por trabajo al norte de España", asevera con tristeza. Y no es para menos. En la capital ribereña ha hecho muchas amistades, tantas que al ser preguntado por las gentes de esta tierra duda en responder "para no marcharme con menos amigos que los que he hecho". Fuera de la jocosidad, Nicolas se siente feliz en Aranda y la Ribera, especialmente por sus gentes. "Tengo que decir que estoy enamorado de esta parte de España. La gente la Ribera tiene algo especial, no sé si es algo general o solo de aquí, pero su generosidad y hospitalidad, lo que da -o lo que me ha dado- no tiene palabras", asevera.

Prégre tiene don de gentes porque además es todo un amante de la fotografía. Siempre le ha gustado, y su fervor aventurero le llevó a recorrer varios países. De su pasión ha hecho exposición -la primera de su vida, por cierto-. "No quiero que sea un listado de los países que he visto, sino de historias. No quiero enseñar lo viajado, quiero que la gente que vaya a ver las fotografías lo haga una mirada neutra", apunta, advirtiendo de que para ver la citada exposición "hay que olvidarse de los prejuicios", ya que su idea "es enseñar también las zonas que hay tras la gente, monumentos y lugares en los que se notan unas condiciones de vida que no son las nuestras", pero pese a las cuales "se demuestra que se puede ser feliz".

Así es 'Las caras de los colores', una presentación que este sábado pone su broche en el Cultural Caja de Burgos y que este francés decidió realizar en Aranda "porque es gente con la que estoy cada día". "Siempre he tenido la voluntad de enseñar la fotografía, que es parte de mi vida. La exposición es una incitación a viajar, es un poco el objetivo, además de las emociones que puede transmitir un mismo color. Igual un color que pensamos que es de alegría puede mostrar también tristeza o diversión", cuenta, expresando que detrás de los gestos de cada persona hay una historia que no se cuenta pero que él conoce, ya que "es gente que me he podido encontrar en la calle y he coincidido con ellos solo dos minutos, pero también gente en cuya casa me he podido quedar a dormir".

La charla al completo se puede reproducir en el audio superior.