Opinión

Inteligencia artificial

La Firma de Eva Calleja

Palencia

Adoro las palabras, no es difícil de imaginar si tenemos en cuenta que las palabras forman parte esencial de mi trabajo. Y hoy quiero hablarles de palabras, de las más destacadas, por diferentes motivos, a lo largo del año que hemos despedido hace solo unos pocos días.

¿Por qué? Es muy sencillo. Desde el año 2013 la Fundación del Español Urgente y la Real Academia Española seleccionan cada año la palabra más destacada por el interés que ha suscitado su origen, formación o uso y teniendo en cuenta, de forma fundamental, que haya tenido un papel protagonista en el año de su elección.

Pues bien, en el 2022 se seleccionaron doce candidatas, doce términos que han tenido especial presencia tanto en el ámbito social como en los medios de comunicación. Entre las doce finalistas se encontraban inflación, diversidad, gasoducto, ucraniano, criptomoneda o apocalipsis pero la elegida, la ganadora ha sido, a pesar de que realmente son dos palabras, el término “inteligencia artificial”.

Se me ocurren múltiples reflexiones sobre cada una de ellas pero quiero centrarme en la que se ha alzado en 2022 con el triunfo. Según nuestro diccionario inteligencia artificial es la “disciplina científica que se ocupa de crear programas informáticos que ejecutan operaciones comparables a las que realiza la mente humana, como el aprendizaje o el razonamiento lógico”.

No estamos hablando de nada precisamente nuevo si tenemos en cuenta que se considera a Alan Turing como el padre de la inteligencia artificial y eso hace que tengamos que remontarnos al pasado siglo, concretamente a los años 30. Turing fue famoso por descifrar el código nazi en la Segunda Guerra Mundial pero además fue pionero en otras ramas como la biología y la inteligencia artificial y su contribución fue imprescindible en el desarrollo de las tecnologías actuales.

Pero lo destacado es que ha sonado con especial fuerza en 2022 debido a las múltiples aplicaciones que se van desarrollando en relación con mantener conversaciones o incluso con escribir novelas… Cuestiones bien interesantes, no diré que no, pero que empiezan o deberían a empezar a plantearnos un debate que debe centrarse en las implicaciones éticas y, por supuesto, en hasta qué punto, el trabajo que es capaz de realizar esta tecnología supondrá la sustitución de ciertos profesionales. Hasta los “contadores de historias” peligramos si una máquina es capaz de realizar nuestro trabajo.

La experiencia nos dice que solemos llegar tarde a la hora de marcar límites y de legislar. Ya ha ocurrido con muchos aspectos en internet, espero que en este caso no nos atropelle el avance y seamos capaces de ir por delante.

Ayer mismo leía un artículo sobre robots aplicados a la lucha contra la soledad y mi cerebro se revolvió totalmente. Sí pero no. Una máquina puede apoyar pero nunca sustituir el contacto de la piel ni la caricia que supone una palabra escuchada de la voz de un humano.

Por cierto y como curiosidad ¿se imaginan cuáles fueron las palabras ganadoras en el 2020 y 2021?, si confinamiento y vacuna les han venido a la mente… pues acertaron. Desde ya mismo algunas palabras se están convirtiendo en protagonistas del 2023, espero y deseo que sea una palabra chula y positiva la que ocupe el lugar destacado en los próximos meses. Aunque no sé por qué, tal y como anda el mundo y el género humano, lo dudo bastante.

 
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