Opinión

Ser mujer en el lugar equivocado

La Firma de Eva Calleja

"Ser mujer en el lugar equivocado", la Firma de Eva Calleja

"Ser mujer en el lugar equivocado", la Firma de Eva Calleja

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Palencia

En esta Firma he dicho en multitud de ocasiones lo que me encanta ser mujer, haber nacido mujer y apostar cada día de mi vida por los derechos de las mujeres. Espero, además, dejar mi impronta en mi pequeño territorio, en mi pequeño espacio-mundo como mujer.

El lugar donde naces, creo que todos y todas lo tenemos claro, marca, define buena parte de tus posibilidades, determina muchas de las cosas que te van a pasar en la vida. Si además de ello, has nacido mujer, todo se vuelve mucho más complejo.

Podríamos recorrer algunos lugares del mundo y analizar cómo son las cosas en ellos si naces mujer pero, en estos días, y tras los últimos acontecimientos, es preciso detenerse, es preciso volver nuestra mirada hacia Afganistán.

Las mujeres no podrán asistir a la universidad en este país, según una orden publicada este 20 de diciembre por el gobierno de los talibanes que ya prohibió hace un año la educación secundaria para las niñas.

La carta que se dirigió a las universidades, tanto públicas como privadas, prohíbe todo tipo de educación para las mujeres “con efecto inmediato y hasta nuevo aviso”. Tremendo.

Una barbaridad que se suma a otras muchas y que hace que, desde que los talibanes ocuparan el poder, ser mujer en este país se haya convertido en una auténtica pesadilla: la imposición del burka, la obligación de ir acompañadas de un familiar masculino en sus trayectos o la segregación por sexos en lugares públicos son solo algunos ejemplos.

Cuesta imaginarlo desde esta parte del mundo pero piensen por un segundo lo que esto supone. Tremendo.

Un país que ignora, silencia, excluye del debate público e impide el desarrollo y coarta los derechos de la mitad de su población. Un retroceso injustificable que dinamita los sueños y el futuro de las niñas y mujeres. Tremendo.

El rechazo internacional ha sido unánime. La ONU ha criticado duramente lo que han calificado como “otra promesa rota por parte de los talibanes”. Pero las palabras son solo palabras y deberían ir acompañadas de otras acciones de presión que puedan revertir este despropósito. ¿De verdad no somos capaces de algo más?

Pienso en ellas y se me encoge el alma. En ellas y todas las que viven en estos lugares del mundo donde sus derechos se obvian y se pisotean porque, desde luego, Afganistán es tan solo un triste ejemplo.

Y mientras tanto estamos viviendo las últimas horas de este 2022. Un año que, diría como todos, ha tenido sus luces y sus sombras. Es tiempo de balances, de echar la vista atrás para analizar estos últimos doce meses. En lo personal mi balance es muy positivo. Me quedo con un montón de cosas chulas que me han pasado: nuevos proyectos, nueva gente que ha entrado en mi vida…

Feliz semana y feliz nuevo año 2023. Espero que seamos capaces de hacer de cada día, algo especial.

 
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