Autismo: un trastorno complejo de ver y diagnosticar

Aranda de Duero

Habrán escuchado en más de una ocasión hablar de las personas autistas. Pero, ¿saben cómo son? La mejor forma de darlo a conocer es con quienes están día a día con ellas. Javier Herrero es psicólogo de la asociación, que está a punto de cumplir 10 años en Aranda. "Esto es un trastorno de desarrollo. Las personas que lo poseen nacen y viven con ello, y aunque puede ser variables sus necesidades, y el objetivo es que las dificultades que presenten sean las menores, es algo que siempre en alguna forma les acompañarán", dice.

Hay niños... y adultos autistas. "Desde que han sido niños han presentado diagnóstico aunque quizás la sintomatología no era tan evidente. No es algo fácil de ver, y muchas veces es complicado, porque hay quienes tienen cuestiones muy marcadas, y otras con rasgos sutiles o encubiertos. Lo vemos en mujeres adultas por ejemplo. Y aunque están ahí, han pasado desapercibidos durante mucho tiempo por tener buenas habilidades en otras áreas. Desde 2013 hay una única clasificación del trastorno autista y quiere hacer ver que hay grados y áreas de afectación pero que todas requieren necesidades para tener en cuenta", detalla Herrero.

¿Qué es el autismo?

Debemos aprender a incorporar a la sociedad a todas estas personas, más ante ese abanico amplio de diversos aspectos que presentan. Pero, ¿qué les une a todos? ¿Qué define al autismo para que podamos entender qué es? "Hay una serie de criterios que se deben cumplir. Por ejemplo una alteración en la comunicación social; personas que no desarrollan lenguaje funcional o que lo desarrollan pero que no tienen habilidades de comunicación o sociabilidad. También hay alteración en la expresión emocional, en los gestos, en la comprensión... Y hay una dificultad para iniciar juegos de ficción, reglas, desarrollar habilidades sociales... Por otro lado hay otros patrones de comportamiento que ahí también puede haber posibilidades; movimientos estereotipados, dificultad para adaptarse a los cambios, para aceptar situaciones imprevistas... Pueden ser expertos en temas concretos pero tener dificultad para otros temas que no sean interés; problemas para tolerar sabores, alimentos, contacto físico... Y todo esto son características que tienen que haberse observado antes de los tres años y afectar al desarrollo de la persona en los ámbitos sociales, académico, y de la autonomía social"

¿Quién lo diagnostica?

"La mayoría nos llegan de sanidad. Neuropediatría o psiquiatría. También puede haber entidades privadas que hace servicios de diagnóstico como la nuestra. Y luego también desde hace años hay programas como Bebé Miradas que el objetivo es poderle diagnosticar cuanto antes un caso. Niños de menos de 33 meses que se han visto problemas se les valora y si hay características que puedan ser compatibles se empieza a intervenir", explica.

¿Se puede curar?

"Es un trastorno, no hay una cura como tal. Pero se pueden reducir los síntomas por una intervención que cuanto más temprana es mejor. Y la cosa es que el nivel de dependencia o discapacidad cada vez sea menor. Buscamos herramientas para mejorar su calidad de vida y la de su familia. Al final no es cuestión de un tratamiento clínico para curar síntomas, aquí es más una intervención contextual; nuestro objetivo es que la intervención se vea desde todos los sectores. Que cada uno tenga sus herramientas y recursos para atender a estas personas como se merecen", asevera Herrero, en una charla que ha dado para mucho y que nos ha acercado a un colectivo entrañable, que necesita comprensión y afecto por parte de la sociedad, y que puede con esta entrevista -que puede escucharse en el audio superior- haya quedado más cercano y conocido por todos.