Cinco toros de Partido de Resina entran en las calles de Cuéllar en el segundo encierro de las fiestas
Las reses han entrado unos 7 minutos antes de la hora prevista al recorrido y el sexto astado se daba la vuelta en la zona del Embudo para acabar siendo anestesiado a las 9.50 horas.
El encierro de Partido de Resina a su salida de los Corrales de Cuéllar / Ángel Sanz
Cuéllar
El segundo encierro de las fiestas de Cuéllar protagonizado por las reses de Partido de Resina ha resultado complicado y marcado por la lluvia en la bajada del Embudo y el trayecto por las calles. La manada salia bien de los corrales pero inmediatamente se ha disgregado en dos, luego otro toro se separaba de la manada que resultaba difícil de reagrupar en el pinar. Gracias a la gran labor de los caballistas conseguían reagruparlo. El paso de las 'Máquinas' se ha realizado de tres veces y el último toro se ha quedado parado en el medio de la carretera y han tardado en conseguir que cruzara hasta los sembrados. Después la intención era continuar el paso de la autovía por el túnel 1 aunque los astados pasaban de largo de él hacia el segundo túnel, finalmente una vez más la labor de los caballistas lograba que cruzarán la autovía por el primero de los túneles.
La manada paraba en el tradicional descansadero donde habitualmente se toman los bollos y debido a la fuerza que traían los toros la organización decidía no parar en Los Encaños y bajar directamente al Embudo. Unos 7 minutos antes de las 9.30 horas los primeros caballistas comenzaban a descender con un astado por delante que hacía su entrada en el recorrido solo. Un par de minutos después el resto de la manada bajaba por uno de los laterales del El Embudo y los caballistas conseguían arroparlos para encauzar su entrada en las calles, salvo una de las reses que se daba la vuelta y ascendía con rapidez .
Finalmente fueron cinco los astados que llegaron a las calles. Una res realizó en solitario todo el recorrido. El grueso de la manada con 4 astados se disgregaba a lo largo del recorrido con un toro por delante, tres más después y el quinto que costó meterlo en la plaza de toros. El primer astado ascendía en solitario con paradas continuas y arremetiendo contra las talanqueras y entraba de forma conjunta con dos toros más y posteriormente el cuarto toro hacia su llegada con un manso aunque se quedaba trabado a la entrada de la plaza de toros. El quinto astado llegaba muy cansado con trote lento después de darse la vuelta en la zona de las Parras. Entraba en el recorrido acompañado de mansos y bien dirigido por los mozos. No hay que lamentar heridos.