La acusada de la muerte de un hombre discapacitado en Alcázar asegura que lo encontró tendido en el suelo de su vivienda

Ciudad Real

Este lunes ha comenzado en la audiencia provincial de Ciudad Real el juicio contra una mujer acusada de la muerte de un vecino de Alcázar de San Juan a quien también le robó una televisión para después venderla a cambio de droga.

Los hechos que se juzgan ocurrieron en noviembre de 2020 en un bloque de viviendas en el barrio de la Pradera cuando la mujer acudió, según la fiscalía y la acusación particular, al domicilio de la víctima a reclamarle un dinero y tras una fuerte discusión le golpeó en la cara con un objeto contundente, lo tumbó en la cama poniéndole un cojín sobre la cabeza, apoderándose acto seguido de un televisor de plasma que vendió a un vecino. El hombre acabó falleciendo después de pasar varios meses ingresado en los hospitales de Ciudad Real y Alcázar de San Juan.

La acusada, que ha reconocido ser consumidora habitual de drogas y alcohol, ha negado que golpeara al hombre, que padecía problemas de movilidad y visión, asegurando que se lo encontró tendido en el suelo en su casa. Ella creyó que era por el consumo de alcohol, al que también él era habitual, le incorporó en su cama y se marchó de la vivienda, llevándose la mencionada televisión para poder comprar droga. Cuando bajó una gitana le dijo "por qué no me traes la tele que tiene y te doy un gramo. Y claro, a mí me hacía falta y él no tenía nada. Ni un euro para una cerveza", ha declarado.

Según ha relatado no llamó a los servicios de emergencia porque pensó que estaba borracho y ya lo había visto así en más ocasiones. "Si yo pienso que va a morir a los tres meses de estar yo presa, no se creé que no iba a llamar a una ambulancia. Yo no soy una adivina, ni una bruja, ni sé que va a pasar", ha contestado a preguntas del Fiscal.

La mujer ha reconocido que contaba con antecedentes policiales y judiciales por pequeños hurtos, pero ninguno por agresiones.

En el juicio, que se celebra con jurado popular, la fiscalía pide 17 años y medio de prisión por los delitos de homicidio doloso y robo; la acusación particular, en representación de los nueve hijos de la víctima, considera que fue asesinato y robo con violencia; mientras que la defensa pide la libre absolución al entender que su defendida no fue la autora de la muerte que pudo producirse por una caída, desvanecimiento o incluso por parte de terceras personas.