No me des un 'match'
La vida real, la del cara a cara requiere más valentía por ambas partes y más tolerancia al fracaso
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No me des un match - La mirada de Toledo (08/02/23)
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Toledo
Vivimos en un mundo extraño. Nos tomamos la leche sin lactosa, el café sin cafeína, la cerveza sin alcohol y las galletas sin azúcar. Y en un mundo en que pasan todas estas cosas no debería extrañarme que el amor lo eligiéramos por catálogo. Esas aplicaciones para encontrar pareja, sexo o romance, que igual me da que me da lo mismo, son la expresión perfecta de ese mundo extraño, al menos para mí.
Amor vía like o match, amor cartografiado porque incluso seleccionamos a qué distancia máxima podemos encontrarlo, amor en dos dimensiones fruto de las sensaciones que tienes al ver una figura, que por bella que sea, es una simple foto en la que no podemos adivinar como anda, qué ojos pone al mirarte, como se retira un mechón de la cara, como gesticula cuando se apasiona por algo.
Sí, ya sé que eso lo descubres luego, si finalmente llegas a conocerte, pero para mí un like mirando una foto y una conversación por whatsapp no son equiparable a la aventura casual o programada de la primera vez que te miras cara a cara. No hay aplicación que pueda sustituir ese choque fortuito en la parada de metro, esa primera mirada en un bar cuando sin saber cómo has conseguido cruzar esa mirada con el del otro extremo de la barra, ese roce torpe e inseguro de una mano. Las aplicaciones, en general, las de este tipo también, son un claro espejo de un capitalismo feroz en que se elige lo que se quiere y además se evita por todos los medios el fracaso. Sí, la vida real, la del cara a cara requiere más valentía por ambas partes y más tolerancia al fracaso. Porque en estas aplicaciones ya partes de un “me gusta” previo que no tienes en el mundo de verdad.
Dar la cara no es sencillo porque te puede caer un sí o un no, porque te pueden poner la cara colorada por el halago o por el corte que te pueden dar. No digo que en las webs y aplicaciones de citas no te pueda pasar, digo que vía mensaje todo es otra cosa. No me malinterpreten, a mí me parece perfecto que la gente se conozca como quiera o como pueda y si ahora la forma de interactuar es así, no tengo nada que objetar. Lo único que digo es que no es comparable. Así que si este 14 de febrero quieren que tengamos una cita no me busquen en el móvil, igual ando tomándome un café normal con leche entera y una palmerita con chocolate de verdad en un bar real, el de mi barrio. ¡Que me veo yo muy lejos del metaverso! Es una opinión de una Toledana de Toda la Vida