Músicos

Albacete

Hace unos días en el auditorio de la Casa de la Cultura José Saramago tuvo lugar un concierto musical a cargo del grupo albaceteño Jazz Nouveau presentando su nuevo disco Little Steps, un combo versado en el tiempo, que hizo su primer concierto hace aproximadamente 24 años.

Con la baba a medio caer, la satisfacción de ver a unos músicos en estado de gracia tras muchos años de aspirar al aplauso intensivo recogido incluido puesta en pie del público, me vino el recuerdo de aquella frase localista que vete tú a saber quien inventó: Albacete una capital a punto de explotar... Eran los años venturosos del mojón de los ochenta... y que me recula ahora a la cafetería Ideal de la calle Isaac Peral donde en los años cuarenta se sudaba el traje con chaleco y se bebía Bobadilla 103. Allí, entonces, desplegaba magisterio la Orquesta del Maestro Leopoldo. Un bandón. Diez músicos en escena tocando a tutiplen: foxtrot y alguna coplilla conocida. De vez en cuando utilizaban a la vocalista Lolita Caballero. Lolita Caballero un día se subió al carro del cantaor andaluz Juanito Valderrama y cuando la volvimos a ver ya se llamaba Dolores Abril y te miraba por encima del hombro escupiendo todo el resquemor acumulado durante tantos años de envidias y abstinencias en la calle Herreros. La Orquesta Espinosa era la otra que plegaba melodías de taller. Dos orquestones en los años de abstinencias y cartillas de racionamientos que alicataban penurias y ausencias. Dos camadas virtuosas alejadas de charangas y fanfarrias. Desde entonces, a lo largo de nuestra historia, la ciudad ha brillado con muchos nombres importantes ligados a la música que han dado el salto a atriles más mundanos y reconocidos, nacional e internacionalmente, figuras cercanas, vecinas, que, seguro, reposan en las memorias de cada uno.

Pero precisamente al jazz... no le reservó Dios fortuna a nuestros músicos; el jazz ha sido una asignatura que ha pasado de puntillas por nuestros antros (si, siempre se ha dicho que donde mejor se escucha el jazz es en los antros, en las cuevas, para que reboten contrabajos y tambores contra los muros)... El tema es que hace unos días vimos, lo he dicho al principio, a Jazz Nouveau una peña de músicos de alta graduación casi todos de Albacete. Con un repertorio propio, cuidado, qué eso, si funciona... y funciona: es serio. Temas del gran Vania Cuenca, el bajista, de Julio Guillén, pianista por derecho o de Miguel Morell el guitarrista experimentado; delicados, limpios, lujososamente tratados para la batería del estupendo Chemi Sarrión a la altura de los grandes o el saxo de Marcos Atencia pulcro, de los que limpian el instrumento mientras sopla. De vez en cuando echaban una mano Rafa Pérez al vibráfono y Julián Román apoyando vientos. Una exquisitez, valorada al máximo al ser por fin un jazz local convertido en internacional, el rezumo de tanta joya jazzistica escuchada en esta ciudad a lo largo de los años. Para bordar el pastel un maletilla de lujo subió al escenario, nada menos que Ramón Cardo (posiblemente el mejor saxo del país) para soplar más talento y oficio al corrillo que le invitó. Un lujo.

En Albacete ya tenemos be-bop autóctono. Como dicen los albañiles escrupulosos: ¡Me encanta el barro cuando está fresco!