Opinión

La fuerza de las mayores

La firma de opinión de la catedrática de Trabajo Social, María José Aguilar

Maria Jose Aguilar

La fuerza de las mayores

03:17

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Albacete

Seguramente nuestras oyentes recuerden la campaña Soy mayor, no idiota, promovida a principios de este 2022 por el médico jubilado valenciano Carlos San Juan. La campaña agitó a muchos ciudadanos, que no entendían el comportamiento bancario y empresarial hacia las personas mayores. Esa indefensión tecnológica sigue hoy vigente y se practica no solo desde los bancos y las empresas, sino también desde los servicios públicos (incluidos los sanitarios).

Desde hace tres años el número de personas mayores de 65 años en el mundo supera al de niños menores de cinco. Y en los próximos años se duplicará ese número de personas mayores de 65 años en el mundo, llegando a 1.500 millones.

Con estos datos, sería lógico pensar que, en sociedades como la nuestra, el grupo de edad más numeroso y de mayor crecimiento debería ocupar una posición central en las prioridades sociales, políticas, económicas y culturales. Sin embargo, ocurre todo lo contrario: en los 57 países analizados de la última encuesta mundial una de cada dos personas (la mitad de la población) tienen actitudes edadistas, es decir prejuicios y estereotipos negativos hacia la población mayor.

Como nos recuerda Naciones Unidas, con motivo de la celebración el pasado sábado del Día Internacional de las personas mayores, la pandemia de COVID ha exacerbado las desigualdades que existían de base y ha intensificado los impactos socioeconómicos, ambientales, climáticos y de salud en la vida de las personas mayores, especialmente en las mujeres mayores que constituyen la mayoría de las personas de edad avanzada.

A pesar de que las mujeres mayores continúan contribuyendo significativamente en la vida política, civil, económica, social y cultural, sus aportaciones y experiencias siguen siendo invisibles y desatendidas, limitadas por las desventajas de género acumuladas a lo largo de la vida. La intersección entre la discriminación basada en la edad y el género agrava las desigualdades nuevas y existentes, incluidos los estereotipos negativos que combinan discriminación por edad y sexo.

La resiliencia de las personas mayores, y especialmente de las mujeres, en un mundo cambiante, es el sello distintivo de este día, que tendría que ser un recordatorio del importante papel que desempeñan las mujeres mayores, y su fortaleza para superar desafíos y problemas.

La participación en asociaciones y plataformas de defensa de las necesidades y derechos de las personas mayores es fundamental para evitar la soledad y el aislamiento, y también para exigir a los poderes públicos, a las empresas privadas y a la sociedad, los derechos y la dignidad que han de poder ejercer todas las personas, incluidas las mayores.

Jamás deberíamos olvidar que una sociedad que no cuida y no fomenta la integración de todos no es una sociedad desarrollada ni madura, es una sociedad que margina y discrimina.

 
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