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Economia y negocios

¿En qué consiste la nueva ley de la Viña y el Vino de Castilla La Mancha?

A la vuelta del verano se aprobará esta ley que contempla novedades como un nuevo etiquetado de 'vino de finca' y regula el procedimiento para autorizar nuevas variedades de vid, las prácticas enológicas, las indicaciones geográficas o la trazabilidad del vino, entre otras cuestiones

El vino es uno de los productos agroalimentarios que más exporta Castilla-La Mancha. / JCCM

Jaraíz (28/05/2022)

30:00

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Ciudad Real

Este pasado martes se aprobó el proyecto de la nueva Ley de la Viña y el vino de Castilla La Mancha, un documento que se ha enviado a las Cortes regionales, que serán las encargadas de ratificarlo tras el verano. Se trata de un importante paso legislativo apara la comunidad autónoma y es que el de la vitivinicultura es el sector más relevante dentro del PIB castellanomanchego, con una facturación en 2021 de 1.740 millones de euros supone el 4,6 por ciento de toda la riqueza regional. Ahora el objetivo es llegar a los 2.500 millones de euros en 2025 y para suplir una serie de carencias normativas, se ha creado esta nueva ley que también servirá para vertebrarlo.

Es un marco específico de ordenación del sector vitivinícola de Castilla La Mancha, dentro de los parámetros de lo establecido por las normativas europea y nacional, con el objetivo de promover la calidad, la trazabilidad, el embotellado, las figuras de calidad y fomentando la investigación y la innovación. Entre otros aspectos, se recogen mecanismos de regulación como la posibilidad de establecer, en casos necesarios, limitaciones a la producción de uva.

En cuanto a la rentabilidad de toda la cadena; se buscarán mecanismos que promuevan un mejor reparto, se impulsará la transparencia en la formación de precios y que se cubren los costes de producción, en el marco de la normativa reguladora del funcionamiento de la cadena alimentaria. De hecho, el próximo informe del observatorio de precios de Castilla La Mancha se centrará en el sector.

Además se fomentará la autorregulación y se conformará una Organización Interprofesional y un Comité Regional Vitivinícola de naturaleza consultiva, adscrito a la Consejería, con el objetivo de coordinar e impulsar el fomento en el sector vitivinícola entre los diferentes representantes del sector y la administración.

También se definen todas las figuras como denominaciones de origen, indicaciones geográficas protegidas o pagos: en estos momentos en Castilla La Mancha hay 23: 9 denominaciones, una IGP, 12 pagos y una marca colectiva.

Otras novedades que recoge esta nueva Ley de la Viña y el Vino son los aspectos facultativos en el etiquetado, en el que las bodegas que elaboren el vino en la misma finca, puedan indicarlo como valor añadido, incluso si pertenecen a una denominación de origen. Nuestra región se convierte de esta manera en la primera a nivel nacional en introducir este concepto de 'vino de finca'. Una denominación que podrá acompañar en la etiqueta a la de la DO o la IGP.

Precisamente esta ley regulará los procedimientos de autorización de nuevas variedades, las prácticas enológicas, entre ellas las experimentales, como la elaboración de nuevos vinos, mostos parcialmente fermentados y otros productos derivados. Precisamente se está haciendo una catalogación de variedades autóctonas, un trabajo que se está realizando en el IVICAM de Tomelloso y por el momento se han autorizado cuatro variedades, pero se quiere llegar al medio centenar que se encuentran en riesgo de desaparición. Una manera de preservar el viñedo tradicional, pero también de crear vinos diferentes. De hecho, a partir del próximo año se pondrá en marcha una medida agroambiental para las viñas en vaso y de secano de más de 50 años para la que se destinarán 26 millones de euros.

También se busca impulsar el I+d+i, con la colaboración público privada, en especial a través del IRIAF, el Instituto Regional de Investigación y Desarrollo Agroalimentario y Forestal de Castilla La Mancha. La preservación de técnicas tradicionales e impulsar las que sean respetuosas con el medio ambiente, así como acciones sostenibles y valorización de los residuos.

En la norma se establecen las competencias de la administración regional para promocionar el sector vinícola regional promocionado la cultura del vino, impulsando la presencia en ferias y eventos nacionales e internacionales. En este sentido se prestará una especial atención a la participación de bodegas y cooperativas de nuestra región en FENAVIN y se promocionará el desarrollo de la misma.

También, por cierto, se busca fomentar el enoturismo, en colaboración con la consejería competente en materia de turismo, para la divulgación y conocimiento de la riqueza vitivinícola de la región y el patrimonio histórico, cultural y social que este sector ha generado.

Se recogen también la creación de dos bases de datos dependiente de la Consejería de Agricultura, Agua y Desarrollo Rural: un registro vitícola sobre explotaciones y otro de embotelladores y envasadores de vino.

La trazabilidad será otro de los valores que recogerá esta normativa y se podrá conocer a través de un código QR que incluirá el envase lo que permitirá una comprobación rápida para todos los eslabones de la cadena, incluidos los consumidores.

El sector en cifras: cada campaña se puede llenar de vino 2,5 veces el Bernabéu

El agroalimentario es el sector que más aporta al producto interior bruto de Castilla La Mancha: supone el 17 por ciento del PIB total, y el vino supone entre el 4 y el 5 por ciento: más de 1.700 millones de euros. Son algunos datos del estudio sobre la relevancia económica y social del sector vitivinícola en Castilla La Mancha encargado por la Interprofesional del Vino de España y presentado hace unos meses en Tomelloso.

En la región hay cerca de 500 bodegas y cooperativas y unos 80.000 viticultores y además genera casi 43.000 empleos directos. Pero hay más datos: Castilla La Mancha cuenta con 456.000 hectáreas de viñedo, más del 50 por ciento de los municipios de nuestra comunidad tienen viñas. En total, unos 4500 kilómetros cuadrados. Sin contar Ceuta y Melilla, hay 6 provincias más pequeñas que esta superficie. Es casi el mismo tamaño de las Islas Baleares. El castellanomanchego es el 6 por ciento de la superficie mundial.

Cada campaña se producen más de 20 millones de hectólitros de vino, y esto es mucho. Es más del 50 por ciento de los que se produce a nivel nacional y en torno al 14/15 por ciento de la producción de toda la Unión Europea. Tras cada cosecha, con el vino que producimos, podríamos llenar dos veces y media el estadio Santiago Bernabéu. Es además un gran escaparate para nuestra comunidad a nivel internacional, ya que exportamos en torno al 75 por ciento del total a unos 130 países de todo el planeta.

Agustín Cacho Borrás

Agustín Cacho Borrás

Redactor de contenidos en SER Ciudad Real con especial atención al entorno rural y el sector agroalimentario....

 
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