Hoy por Hoy AlbaceteHoy por Hoy Albacete
Opinión

Una renta para una vida más segura y más plena

La firma de María José Aguilar Idáñez, Catedrática de Trabajo Social y Servicios Sociales de la Universidad de Castilla-La Mancha

Maria Jose Aguilar

Firma de opinión | Una renta para una vida más segura y más plena

04:40

Compartir

El código iframe se ha copiado en el portapapeles

<iframe src="https://cadenaser.com/embed/audio/460/020RD010000000038351/" width="100%" height="360" frameborder="0" allowfullscreen></iframe>

¿Se imagina usted recibir mensualmente una prestación económica sin tener que hacer nada a cambio? Nada de nada. De forma incondicional. Sin tener que seguir ningún cursillo de formación, sin importar con quien conviva o los números de su cuenta bancaria. Por descabellada que le pueda parecer, esta es la idea de la Renta Básica Universal (RBU) y cada día cosecha más adhesiones.

Incluso el Financial Times la baraja como una propuesta a considerar seriamente, ya que es totalmente financiable. Otra cosa es que políticamente se quiera, claro está. Y no, la RBU no es tan descabellada como puede parecer. Piénselo. Actualmente disponemos (afortunadamente) del derecho a la asistencia sanitaria y a la educación pública. Son derechos universales e incondicionales, de los cuales disfrutamos todas y todos sin tener que acreditar ninguna situación especial, sin tener que cumplir ningún requisito y de los cuales sería difícil excluir a alguien por su situación laboral, su cuenta bancaria o los impuestos que haya pagado. Asumimos que la sanidad, como la educación, son derechos básicos e irrenunciables de una sociedad desarrollada como la nuestra. Luego, ¿por qué no debería ser igual con el derecho a la existencia, por definición, el primer derecho de todos?

Piénselo al revés, ¿hasta qué punto el derecho a la educación no cae en saco roto y no se convierte en papel mojado si no disponemos de las condiciones materiales y económicas necesarias para formarnos adecuadamente (una vivienda en condiciones, una alimentación suficiente y de calidad, desplazarnos a un precio asequible, una buena conexión a internet o del material informático necesario, o acceder a recursos culturales, como libros o exposiciones, por ejemplo)? La RBU es una asignación económica, usualmente mensual, que el Estado pagaría universalmente (a toda la ciudadanía o residentes acreditados del país), de forma individual (a las personas y no a sus hogares o familias) e incondicional (sin atender a condición particular alguna ni exigir ningún requisito como contrapartida). Esto quiere decir que usted, igual que yo y el resto de habitantes de este país, independientemente de estar trabajando o en paro o de ser rico o pobre, recibiríamos una prestación económica durante toda nuestra vida.

Obviamente, aunque todo el mundo la recibiese, al final del año fiscal sería el 20% de la población con mayores ingresos quienes financiarían la mayor parte de esta política. Lo importante es que, más allá de su modo de financiación, todas y todos tendríamos nuestra existencia material garantizada mediante unos ingresos monetarios suficientes, regulares e incondicionales.

Ahora podría usted tener la tentación de pensar que “tener la existencia material garantizada” es sinónimo de holgazanería. La evidencia empírica acumulada hasta la fecha demuestra que, en realidad, la gente que recibe un pago incondicional no acostumbra a convertirse al alcoholismo de forma repentina ni a derrochar su dinero en una mala racha en el casino, sino que prioriza el pago del alquiler o de su hipoteca, tratar de cancelar sus deudas familiares, reforzar o completar su formación, consumir más alimentos de calidad, seguir tratamientos médicos, impulsar proyectos empresariales, sociales o culturales, etc. Pues eso. El mito de la “tendencia natural a la vaguería” es esto, un mito basado en una muy peyorativamente sesgada visión antropológica sobre la naturaleza humana alimentada por estereotipos clasistas y preconcepciones aporofóbicas que la evidencia científica seria y contrastada no corrobora.

El potencial de la RBU no se encuentra en convertirnos automáticamente en parásitos sociales, sino en garantizar nuestra existencia material más básica para, a partir de allí, brindarnos la posibilidad de construir unas vidas más seguras, más plenas y, en definitiva, más nuestras. Es justamente la incondicionalidad de esta propuesta la que nos permite no tener que ir pidiendo limosna ni permiso a los demás para vivir y ponernos así en pie de igualdad para con los demás. Nos permite, en otras palabras, poder sostener la mirada y carearnos con quien, por disponer de más recursos y poder de influencia, pretenda imponernos su criterio y sus intereses de modo arbitrario. La RBU se vuelve así una propuesta con un nada desdeñable potencial liberador. Sea en el hogar frente a un marido opresor, en el trabajo ante un empleador déspota o frente a unas instituciones públicas rehenes de los intereses financieros y energéticos, la RBU nos permitiría poder ir aflojando estas relaciones de dominación que tan habitualmente abundan en nuestras vidas.

Extractado de: Bru Laín y Sergi Raventós, en Infolibre 5/2/22

Puede acceder a más información detallada sobre RBU aquí y aquí.

 
  • Cadena SER

  •  
Programación
Cadena SER

Hoy por Hoy

Àngels Barceló

Comparte

Compartir desde el minuto: 00:00