Se jubila Juan de Dios López Donado: medio siglo entre 'roscas' y churros en Valdepeñas

Valdepeñas (Ciudad Real)

La localidad ciudadrealeña de Valdepeñas ha contado (y cuenta) con diversos negocios locales que tienen gran tradición. Uno de esos establecimientos es la Churrería Veracruz, ubicada actualmente en la Avenida Gregorio Prieto. Un local que, desde hace unos días, luce un gran cartel en el que se puede leer que se traspasa el negocio por jubilación. En concreto, la jubilación de su maestro churrero: Juan de Dios López Donado, quien comenzaba en este negocio familiar con 11 años. Un inicio en el que su cometido era ir vendiendo rosas y churros por las calles valdepeñeras pero que, años después, asumió el cargo de elaborar esas 'rosas' y esos churros.

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No obstante, este año cumplirá los 65 años y ya está buscando su sucesor en un negocio que abrió sus puertas en 1968, es decir hace ya más de 54 años. Un negocio familiar que, ahora, espera que cuente con un relevo generacional. En este aspecto, López ha subrayado que podría tomar las riendas del negocio uno de sus sobrinos, de 35 años de edad, aunque asegura que "la gente busca algo más cómodo (...) lo que te da comodidad y seguridad es ser funcionario". En esta línea, ha recalcado que "le estás ofreciendo que va a ser autónomo, que te vas a levantar a las 5 de la mañana y que vas a trabajar sábados y domingos, además de las fiestas".

Un trabajo sacrificado en el que López le pone ganas e ilusión y, confirma, que a pesar de llevar décadas elaborando esas 'roscas' y churros, aún, sigue aprendiendo nuevas técnicas. Todo ello, porque recuerda que cuando se iniciaba este negocio apenas había dos tipos de aceite: el de oliva y el de orujo. Una circunstancia que ha cambiado mucho con el transcurso de las décadas. De hecho, sobre la escalada de los precios, ha recalcado que, parece, que el precio del aceite se está estabilizando y ha comenzado a bajar. No obstante, en su caso, ha tenido que subir el precio de las 'roscas' de los 0,60 euros a los 0,70 euros.

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También, ha detallado el día a día en esta profesión de churrero en la que "nada tiene que ver el público de entresemana con el de fin de semana". Con ello, el de entresemana suele estar compuesto, en su mayoría, por trabajadores, mientras que el abanico de público se amplía los fines de semana. En este sentido, los fines de semana, asegura, comienzan con aquellas personas que finalizan una noche de fiesta, les siguen los ciclistas y, tras ellos, llegan los moteros. De hecho, afirma que la hora en la que suele tener más jaleo, durante los fines de semana, es entorno a las 10h.

Por último, lamenta que este oficio podría estar avocado a desaparecer en el largo plazo, puesto que las nuevas generaciones buscan trabajos más "cómodos y seguros". Todo ello, en un negocio que es como una gran familia, puesto que López ha detallado que cuando colocó el cartel de traspaso "algunos clientes se llegaron a poner a llorar". Una familia que se crea día a día, café a café y churro a churro.

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