¿Salvar el negocio o el planeta?

Las Palmas de Gran Canaria

La última revisión del panel de expertos de la ONU sostiene que la lucha contra el cambio climático no avanza como debe. Y que el tiempo para evitar sus efectos más graves se agota.

Si nos atentemos sin embargo a los discursos políticos, las cosas van más o menos bien. Algunos tiene incluso la osadía de llamar pionerismo a las leyes y estrategias de transición ecológica que aprueban ahora, con bastante retraso frente a la emergencia climática. O de anunciar que Canarias, que paralizó el gas y no llega al 20% de generación de energía limpia a estas alturas del cuento, vamos a ser un referente de esta lucha. Y al mismo tiempo se exige que las Islas queden exentas de la tasa aérea, que es lo mismo que decir que el pato del desafío lo paguen otros destinos, nunca el nuestro.

La realidad es que ni nuestra industria turística, ni nuestros agentes de transporte aérea o marítimo están dispuestos a asumir el coste de luchar contra el cambio climático. Están en salvar sus negociar. Lo de salvar el planeta, simplemente no entra en sus cuentas de resultados.