Apagón en Oviedo

Santa Cruz de Tenerife

No era un partido de urgencias, pero sí para ahuyentar malos augurios y una crisis abierta antes de recibir a la UD Las Palmas en el Heliodoro dentro de una semana en una nueva edición del derbi canario. Tras caer en Gijón y ante el Eibar en casa, el CD Tenerife buscaba con deseo en el Carlos Tartiere un triunfo que diera tranquilidad y sosiego a la plantilla, cuerpo técnico, club y, por supuesto, a la afición blanquiazul, llena de desencantos y decepciones esta temporada. De inicio, el partido presentó a dos equipos imprecisos y con reiteradas pérdidas, especialmente el CD Tenerife que estaba más fallón que de costumbre. Tras varios arreones del cuadro astur a la meta de Soriano antes de los primeros 25 minutos de encuentro, el choque se fue equilibrando algo más, pero muy lejos todavía de una versión sólida de un Tenerife desorganizado y con escasez de claridad. En los de Cervera hubo un primer cambio saliendo al campo Montoro por Jimmy a la media hora, mientras Ramis se desgañitaba en la banda pidiendo serenidad a los suyos. Entre tanta torpeza e inoperancia del equipo blanquiazul la primera parte fue apagándose hasta llegar al descanso con más pena que gloria y una imagen muy pobre del conjunto tinerfeñista.

Somnífero en el Tartiere

Pero el escenario de la segunda parte no fue precisamente más agitado, y el CD Tenerife siguió con el mismo guion cansino y plomizo, sin inquietar al portero carbayón ni generar nada en ataque. Al cuarto de hora de la reanudación salió al campo Iván Romero por un Waldo Rubio desacertado, como el resto de sus compañeros, pero le tocó al de Badajoz ser el primer sacrificado por Ramis. Por su parte, los locales, algo más estirados, tampoco estaban para tirar cohetes y el partido estaba siendo difícil de digerir para los aficionados de ambos equipos. Ni los cambios ni la desesperación del Oviedo invitaron al CD Tenerife a llevarse los tres puntos del Carlos Tartiere y finalmente el empate a cero que se vaticinaba antes del encuentro dada la sequía prolongada de unos y otros. El punto no contenta a un equipo que lleva tres jornadas seguidas sin marcar y que afrontará el derbi canario el próximo sábado con más dudas que certezas sobre su futuro más inmediato.