"Se siente avergonzada y dice que es mejor irse": el infierno de una niña de 10 años que ha sufrido abusos sexuales

Sandra (nombre ficticio) es la madre de una niña de 10 años (a la que llamaremos María) que en noviembre de 2022 denunció haber sufrido abusos sexuales por parte de un familiar, un hombre de 37 años que es hermano de su cuñada, y que son vecinos en la misma localidad de Lanzarote. Tal y como explica la madre, María denunció los hechos en el colegio donde cursa sus estudios, y desde allí se dio aviso inmediato a la madre y al padre de la menor, que acudieron al pediatra para solicitar el preceptivo parte médico e interponer la denuncia ante la policía. Aunque el proceso judicial ya está iniciado, con una orden de alejamiento interpuesta contra el presunto agresor de María, Sandra no ha logrado que desde la administración se preste apoyo psicológico a su hija que ya ha intentado quitarse la vida hasta en tres ocasiones. Sandra relata que «mi hija sufrió un abuso sexual y nos hemos enterado desde el colegio, de la rectora que la niña habló con ella, y desde ahí empezamos los protocolos con mi hija», y añade que «fue una desgracia por parte de un familiar», lamentando que nadie de su mismo entorno, tan solo ella y su marido creen los hechos relatados por la niña, y explicando que «tanto la madre como la hermana no aceptan el error que cometió este chico. Justamente los tengo yo aquí de vecinos, entonces por eso es que pusieron la orden de alejamiento, para este chico, porque al lado vive la hermana». En cuanto a los pasos adoptados por parte de la Justicia en el caso tras la denuncia, Sandra explica que «ya hemos tenido el primer juicio donde el chico niega todo lo ocurrido y estamos a la espera del próximo juicio para poder agilizar todo el proceso de mi hija» aunque «hay que esperar porque a la niña le piden la declaración en el juzgado, ya fue a declarar y estamos a la espera de lo que pase. No nos han dicho nada de momento, que esto es un proceso. La juez le puso orden de alejamiento a ese chico hacia la niña». Mientras se recaban los testimonios y pruebas para que la justicia decida, tanto María como Sandra y su marido están viviendo un auténtico infierno al no poder acceder a una ayuda psicológica infantil, algo que necesitan con urgencia dados los intentos autolíticos que ha experimentado María desde que puso en conocimiento de su entorno el abuso que había sufrido. «Esa semana no quería ir al colegio. Ella solo quiere estar en su habitación, durmiendo, no quiere nada, quiere estar sola en su habitación, no quiere compartir con nadie, lleva días así. Hay días que me toca sacarla venga, vamos, pero ahora no. Ahora está aquí en casa, no quiere salir a la calle, no quiere hacer nada», comenta su madre, quien reconoce que la última vez que su hija intentó quitarse la vida fue hace tan solo quince días. «Ella se encierra en su baño y son como alertas que me pone a mí, que se encierra en su baño y no quiere nada. La encontré con un cordón en el cuello la última vez, la otra vez la encontré con el cordón del zapato haciéndole varios nudos y dentro de la bañera. Me decía que no estaba haciendo nada, que estaba lavando los zapatos, le dije que no fuera a hacer nada y ella me dijo que tranquila. Me mantengo con ella 24 horas en esta situación», explica, y añade que «ella lo hace cuando está sola, en silencio, cuando se siente sola me dice que ya no puede más, que todo lo que ella ha dicho es mentira ante la gente, entonces ella se siente avergonzada, no tiene otra salida , entonces es la mejor salida, ella dice que es mejor irse». Aunque ha intentado buscar ayuda, nadie le ha proporcionado aún un acompañamiento permanente a su hija. Explica que «he ido al Ayuntamiento, la trabajadora social me dice que no nos pueden colaborar, luego voy al centro de menores y me dicen que tampoco nos pueden colaborar porque mi hija no tiene la edad que ellos atienden que es desde los 14 años, he ido al Centro de Salud y me dicen que hay lista de espera. He ido al Cabildo y me dicen que me pueden ofrecer para mi, pero para mi hija no. Mi hija ha intentado tres veces quitarse la vida, y necesito una ayuda para ella». Una amiga del matrimonio ha iniciado una campaña de recaudación de fondos a través de una plataforma de crowdfunding para destinar el dinero de forma íntegra a costear una psicóloga infantil privada a la que ya han contactado.