Opinión

Sobre las responsabilidades políticas del ‘caso Mediador’

EL ENFOQUE 22 FEBRERO

02:28

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Santa Cruz de Tenerife

En la mayoría de las ocasiones, las cosas suelen ser lo que parecen ser: y la trama del caso Mediador no parece ser un asunto orquestado por el PSOE, ni destinado a favorecer al partido o a gente próxima al partido, sino una golfería montada por dos afiliados majoreros –tío y sobrino- que empezaron extorsionando un poquito a cuatro ganaderos, y acabaron enganchados a la industria extractiva de un talentoso general de División de la Guardia Civil, preocupado por quedarse a cuatro velas con su paga de jubilación de 2.500 pavos. Más que un asunto que define comportamientos de un partido, la trama Mediador nos muestra que en todas partes –en todas- cuecen habas.

La instrumentalización política del caso lo que va a demostrar no es la corrupción estructural del PSOE canario, algo que no existe, sino la falta de escrúpulos de muchos de los que se acercan demasiado al poder, sean políticos, empresarios o funcionarios públicos. Entre los implicados hasta ahora hay dos socialistas majoreros, un conseguidor que ya había hecho antes de las suyas y se libró de la trena por colaborar con la justicia, un guardia civil avaricioso, y unos cuantos empresarios avispados que querían saltarse procedimientos y listas de espera. La Justicia ya ordenará la jerarquía delincuente de este elenco y de los que puedan aparecer aún. Pero este no parece un circo del PSOE, como sí lo fueron los ERE, o como lo fue el Gurtell del PP.

Eso no quiere decir que no existan responsabilidades políticas, además de las judiciales. A mí me escaman dos cosas: una es el cese fulminante de Taishet, y la otra que luego eso no impidiera presentarlo a la alcaldía de Antigua. Estoy convencido de que fue cesado porque llegó información al Gobierno advirtiendo que el director general llevaba meses siendo vigilado por la policía. Es poco probable que en una investigación con un general de División en danza, y en la que estaba implicado el Ministerio de Interior, no se produjera alguna filtración. Y la otra responsabilidad es la recolocación –medio año después de su cese- del cesado Taishet como presentable candidato a una alcaldía. ¿Qué padrino tiene en el partido en Fuerteventura este hombre? ¿Quién hizo que se olvidaran de su cese “por perdida grave de confianza”? ¿Quién manda tanto en el PSOE de Fuerteventura hasta el extremo de poder convencer al secretario general?

Mediador no son los Ere ni Gurtell. Pero nos deja pistas de cómo los partidos premian el silencio.

 
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