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COMENTARIO CASTAÑEDA 10 FEBRERO

02:52

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Santa Cruz de Tenerife

Aunque en estado de silencio, la pantallla de mi móvil personal refleja anteayer, a las siete y poco minutos de la mañana, ya iniciado, pues, este tiempo de radio, dos llamadas consecutivas, que por su numeración sé que corresponden al Servicio Canario de la Salud.

Sé que las mismas pertenecen a mi doctora de cabecera, pero por razones obvias no puedo contestarle, y mientras estamos haciendo radio me acompaña una sensación de agobio, porque mi cita de atención telefónica la había solicitado para las 12 del mediodía.

El agobio va en aumento porque soy conocedor de lo que está pasando. la doctora que es una profesional joven y diligente está tratando de adelantar trabajo para ganar tiempo y poder hacer frente a las consultas telefónicas y presenciales que tiene asignadas para ese día, y que con toda certeza superan de largo la cifra de pacientes, que en un sistema público sanitario son inadmisibles.

A las 12 del mediodía, la facultativa cumple con su cometido con quien les habla. me relata el resultado de las pruebas realizadas, pero lo hace a una velocidad endiablada, tal vez, con mayor velocidad con la que hablaba Antonio Ozores, en paz descanse.

Esta situación es una de tantas a las que se mide la infantería sanitaria que son los médicos de cabecera diariamente. Por eso, cuando escucho que el gobierno de canarias impulsa un nuevo modelo de atención primaria dotado de 59 millones de euros y con el objetivo de que cada facultativo atienda a 34 pacientes diariamente, sufro un ataque de escepticismo.

Lo sufro, pese a la buena predisposición que muestran inicialmente distintos colectivos médicos y que a lo sumo protestan en la distancia porque no se ha llamado a consulta a su sindicato y sí lo ha hecho la Consejería de Sanidad con otras asociaciones.

Ojalá que esta sea la refinitiva que decía el humorista al que hace años le perdí la pista, porque ya me dirán ustedes como se puede creer en algo que es todo un clásico redundante de legislatura tras legislatura.

Cómo voy a creer en el nuevo plan cuando hemos escuchado la misma cantinela un montón de veces. Ese mantra que habla de una tonga de millones y de incorporaciones de profesionales a puñados y que se salda siempre con el mismo atasco sanitario.

Los profesionales, los médicos de familia dejan al plan en periodo de plena observación, pero para mí, y espero equivocarme, el nuevo anuncio de la Consejería más temprano que tarde saltará por los aires como el globo espía chino lo hizo ante los trallazos de los americanos.

Espero no tener que decir: Blas, ya lo dijiste, ya te vas.

Jueves, nueve de febrero. Buenos días, La Palma. Buenos días, Tenerife.

 
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