¿Qué libertad?

Santa Cruz de Tenerife

El pasado sábado una manifestación legal, tan legal y legítima como lo es el Gobierno de España al que ellos le siguen negando tales adjetivos democráticos, salió en Madrid a la calle congregando a un gran número de personas para pedir la dimisión de Pedro Sánchez and company.

A mí, todo lo que sea legal y se mueva lejos de la violencia no entra en mi agenda de cuestionamientos. Lo que sí sigo haciendo es debatir sobre el fondo que subyace en determinados planteamientos políticos.

De ahí que me sorprendiera que la masa arropada tras la bandera española gritara sistemáticamente "libertad, libertad, libertad".

Qué más libertad, me pregunto, puede tener un sector de reaccionarios y fascistas que gritan e insultan a sus rivales políticos diariamente y donde sea con absoluta impunidad sin que les pase absolutamente nada.

Qué más libertad quieren cuando las manos se les ponen violentas y la Policía actúa de manera tibia, y que se muestra contundente cuando los radicales son del bando opuesto.

A mí lo de apuntalar un Gobierno y unos presupuestos estatales modificando los delitos de sedición y malversación no me gusta un pelo, pero el funambulismo político que vive diariamente este país me tiene convencido de que cosas más raras veremos respecto a las que ya hemos presenciado.

Los ciudadanos tienen derecho a manifestarse contra un gobierno, pero me sigo preguntado qué demandan cuando claman libertad una y otra vez.

¿Tal vez libertad sea para ellos que la hacienda pública sea tibia con el emérito?

¿O libertad sea torturar psicológicamente a una mujer ante el amargo trance de abortar?

¿Esa libertad incluye acabar con los escudos sociales puestos en marcha con mayor o menor eficacia?

¿Libertad es recortar derechos sociales, reventar a los pensionistas, debilitar a un más la capacidad de defensa de los derechos de los trabajadores?

¿De verdad, a qué libertad se refieren: a la de acabar con los reconocimientos a mujeres y hombres que en el pasado lucharon por la democracia mientras por contra se niegan a retirar vestigios franquistas insultantes contra la verdadera libertad?

Pedro Sánchez no es ni monaguillo de mi devoción, pero lo que si tengo claro es que la palabra libertad en bocas de unos reaccionarios que solo entienden la patria bajo su prisma, me tira para detrás por una halitosis repugnante que convierte una palabra tan sagrada en puro sonido escatológico.

Lunes, 23 de enero. Buenos días, La Palma. Buenos días, Tenerife.