De pejes, anzuelos y PGE

Santa Cruz de Tenerife

Una cosa es un peje, y otra bien distinta los PGE.  Como es sabido los segundos son los Presupuestos Generales del Estado, y el primero es una forma muy canaria de denominar a un pescado.

Dicen que el pez grande suele comerse al chico, pero mezclando pejes y PGE para el próximo año, me imagino que en las filas socialistas canarias se habrán quedado boquiabiertos viendo como espectadores, cómo el supuesto peje chico se comió al grande, porque todavía el PSOE de este terruño debe andarse preguntando cómo se fraguó el milagro de que aparecieran los dineros hasta el domingo noche imposibles para que las guaguas fueran gratuitas y también para  la financiación del transporte de mercancías y para que todos los palmeros se beneficien de una bonificación del 60 por ciento en el IRPF.

Pedro Sánchez no es Jesucristo, pero quedó claro por el camino antes de la rúbrica con Coalición Canaria, que Ángel  Víctor Torres negó tres veces y muchísimas, que lo que pedían los presuntos nacionalistas era  de posible concesión.

El pez chico, ahora en la oposición en esta tierra, se comió el engodo, el naylon, la carretilla y la caña y hasta el cubo donde las rosas socialistas canarias deben estar mustias preguntándose cómo salimos de esta ante la opinión pública.

El Gobierno central concedió tanto,  que  tengo la impresión que si en la comisión negociadora hubiese estado Juan Manuel García Ramos, le hubiese sacado a la Moncloa hasta la declaración de Canarias como estado libre asociado a España.

Yo me alegro de que la gente negocie, pero lo que no me voy a tragar es que el PSOE canario argumente ahora que toda negociación y entendimiento es buena porque, si las cosas eran así desde el principio, se podían haber ahorrado el papelón que han protagonizado y andar con el anzuelo clavado en las bembas como andan, por mucho que pretendan  disimular con un aquí no ha pasado nada y decir que el anzuelo es un piercing.

Vaya faena le ha hecho Pedro Sánchez a sus compañeros de una hora menos, y que exitazo en bandeja le ha puesto a Coalición Canaria, que habla de las 21 enmiendas de la gloria, y que tiene como chicas de oro a Oramas, María Fernández, Guadalupe González Taño,  y Rosa Dávila.

Ni con una pandorga se explica esta historia de pejes que se reviraron para darse la mano.

Y para concluir, felicitar al Gobierno canario por su homenaje Alberto Cortez  por interpretar aquello de No soy de aquí, y ni soy de allí con los cuatro millones del Caso Mascarillas porque, la verdad, me importa un pimiento que los cuatro kilos desaparecidos vinieran de Bruselas o tuvieran origen canario.

Aquí lo importante es que cuatro millones de euros andan desaparecidos.

Llamen a Lobatón, a ver si los encuentra.