Volver: ¿Para qué?

Tenerife

Publicó la prensa nacional que cuatro españoles que la palmaron en su momento permanecen criogenizados a la espera de que la ciencia les consiga devolver a la vida. Me llama la atención la noticia, porque se me hace cuesta arriba en las entenderas comprender la necesidad de reincidir en la condición de español.

Cierto es que para que te mantengan en una nevera de helados kalise de lujo, debes tener un pastón de padre y señor mío y que por lo tanto no debes guardarle miedo alguno al futuro, pero es tanta la pereza que me producen los acontecimientos de este pais casi siempre marcados por la bronca y los actos repetidos, que aunque me ofrecieran pagarme estar congelado a la espera de retornar a la vida, declinaría hacerlo como ciudadano español.

Por lo tanto, paso a ser especie voluntariamente declarada en extinción. Y es que además me remata la idea de volver a la vida en canarias para comprobar que seguirán moviendo sus hilos los de siempre, y que los de la foto de la pobreza serán los mismos de casi siempre. Volver a la vida ¿para qué? Para comprobar que las colas en las autovías seguirán estando ahí, o que cada vez que se aproximen unas elecciones, varios candidatos pasarán por los juzgados antes de la cita electoral.

De momento, filosofando sobre la existencia y el futuro, a lo máximo que aspiro desde la militancia de ciudadano de a pie es a que me declaren una chuchanga de los barrancos de santa cruz, que pasarán a ser especie protegida, estrategia que, por los tiempos que corren, puede tener su trasfondo electoral. Porque, dado el problema de vivienda al que nos medimos, igual se trata de un mensaje subliminal para que los que no tienen techo se resignen a vivir con una caseta a cuestas, como lo hacen los caracoles.

Lo de las antenas por si se establece una conexión con la cornamenta no me altera. Lo único que me preocupa es que me confundan con algunos de los babosos que abundan en esta tierra y que medrando y peloteando en las áreas de poder consiguen enchufarse en algún ente público con tal de seguir haciendo caja. Nada, que no entiendo la necesidad de resucitar en este país y en esta comunidad, en la que el camino de la honradez hace preferible estar antes muerto que sencillo. ¡olé!