Un respeto a las canas

Santa Cruz de Tenerife

Tiempos preelectorales, tiempos de maniobras orquestales en la oscuridad. Vamos, que vale casi todo para los partidos políticos en el afán de mantenerse en las poltronas, reconquistarlas, o sentarse en las mismas por vez primera. A mí me gusta la política, la buena política, aunque reconozco que, por propia naturaleza, de vez en cuando disfruto de alguna pillería recurrente con las que los equipos asesores de los políticos obsequian a quienes les pagan para que hagan uso de ellas, pero hay cosas que son sagradas o, como se solía decir antaño, "ojo al cristo, que es de plata".

Quiero decir que hay asuntos que deben quedar fuera del juego político por el respeto que merecen quienes son sujetos pasivos de las materias que se abordan. Eese es el caso, por ejemplo, de la denuncia formulada por el comité de empresa del IASS por las condiciones en las que, presuntamente, se  hallan todos los grupos de edad que son usuarios de los centros sociosanitarios dependientes del Cabildo.

Sobre asunto tan delicado y preferente, ayer oyeron en esta sintonía diversos testimonios a favor y en contra del pronunciamiento sindical denunciante de anomalías diversas en los citados centros sociosaniotarios. Creo no ser tan ingenuo como para caer en la pretendida manipulación de estos micrófonos para decantarnos en un sentido u otro. Además, señalo que al margen de la existencia de algún listillo en el seno del comité de empresa, la rúbrica de una quincena de personas denunciando situaciones anómalas que afectan a los perceptores de los citados servicios presuponen una cantidad imposible de caer en la falsedad y en la mentira.

Tampoco descarto que se haya producido aquello de “a río revuelto, ganancias de pescadores”, pero pasar algo indebido en estos centros dependientes del Cabildo, seguro que en mayor o menor medida sucede. Tampoco discuto la voluntad del grupo gobernante de solucionar los diversos problemas que se presentan y que les invada la sensación de que están en el centro de acción de la presión de la oposición. Pero, como decíamos anteriormente, procede que todas las partes sean rigurosas y serias y no mercadeen políticamente con una materia que afecta a personas vulnerables.

Así que, por favor, les transmito el ruego de que no estén  manoseando una cuestión tan delicada. Metafóricamente hablando, por la diversidad de personas afectadas, hagamos que valga aquello de “un respeto a las canas”.